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Conexión vía Zoom.
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Aunque el contexto de pandemia obliga a permanecer mayor tiempo en la casa, en pos de cumplir con el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, también permitió reconocer otras puertas en la virtualidad. Así fue que El Entre Ríos tomó contacto* con Gabriel Andersson, un joven periodista de la ciudad de Trollhättan, ubicada en el sur del país nórdico. Trabaja para el periódico Ttela, en el que escribe sobre hechos que pasan en cuatro ciudades.
Suecia es uno de los países que estuvo y está en boca de muchos argentinos, al ser uno de los ejemplos al hablar de políticas frente a la pandemia que no incluyan una cuarentena estricta. Inclusive fue mencionado por Alberto Fernández en conferencia, al hacer referencia a los resultados de esas políticas y al número de muertos que estas implican.
Cómo llegó el coronavirus a Suecia
–A principios de marzo, fue muy rápido –explica Gabriel–. Los primeros casos llegaron al sur de Suecia y después en el área de Estocolmo, el virus se esparció en muy poco tiempo. La primera medida que se tomó fue cerrar todos los geriátricos, que no podían recibir visitas. También prohibieron las reuniones de más de 500 personas y unas semanas después, las reuniones de más de 50 personas. Nunca tuvimos cuarentena, nuestros países vecinos cerraron las escuelas y en Suecia se decidió no cerrarlas, solo las secundarias y universidades, donde se aplicó la educación online. En cambio, el Primer Ministro, Stefan Löfven, dio una cadena nacional y llamó a la población a estar conscientes, que estamos en esto juntos, tenemos que trabajar todos, no sólo el gobierno. Eligieron confiar en la gente del país en vez de poner restricciones. Al principio las personas se estaban quedando en sus casas y mantenían distancia social. El plan era tratar de evitar llegar a un pico. Se sabía que quizá íbamos a tener algunas muertes, pero asumieron que si un cierto número de personas se contagiaba, iban a generar los anticuerpos.

–Si en una ciudad se empieza a esparcir el virus y hay muchos contagios, ¿se cierran fronteras internas para que no llegue a todo el país?
–No, no se ha cerrado nada. Por ejemplo Vänersborg, una de las ciudades que cubrimos muy cerca de acá, fue un foco de contagio. Una persona fue a esquiar a Italia en el invierno, volvió y tenía el virus. Los contagió a muchos y se generaron un montón de casos. Ha habido muchos casos así en todo Suecia.

–En esas situaciones, ¿el sistema de salud sueco ha podido tomar todos los casos?
–Sí, eso también ha sido un debate. Esa fue también otra de las razones por la que se decidió no hacer cuarentena. Se quería que los números de contagio fueran estables y que las personas se fueran contagiando de a poco para que no colapsara, por eso no querían hacer cuarentena para que hubiera un pico.
Los números de casos
Actualmente, según el reporte de covidvisualizer.com, Suecia tiene un total de 60.837 casos, 55.676 casos activos y 5.161 muertes. Cabe destacar que el país nórdico cuenta con una población que ronda los 10 millones de habitantes.

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“Los números son muy altos, alrededor de 5000 muertes. Pero eso es también porque acá en Suecia se reportan todas las muertes, esa puede ser una de las razones. En algunos países no reportan las muertes de los geriátricos por ejemplo, acá sí. Pero no sabemos cuán altos son los números en otros países, especialmente en los otros nórdicos”, explicó Gabriel, poniendo en duda lo que se reportan desde sus países vecinos.
Impacto social y económico
–¿Cómo percibió la gente las políticas que se tomaban?
–Tenemos dos bandos. La mayoría de la gente está bastante satisfecha con las decisiones que el gobierno ha tomado.

Tomando como referencias a políticas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en Argentina, Gabriel fue consultado sobre qué ayudas económicas brindó el gobierno sueco, a lo que explicó que “la gente necesitó ayuda. En realidad, si uno no tiene trabajo, más allá de la crisis del coronavirus, uno siempre recibe ayuda del Estado. Los desempleados son ayudados con dinero en cualquier momento y durante esta crisis eso no fue una excepción, todos los que se quedaron sin trabajo o no tenían antes, reciben la ayuda. Es lo mismo para todos, no importa si trabajas para el Estado o para un privado”.

En ese sentido, detalló que algunas empresas "tuvieron la oportunidad de dar licencias a sus empleados, el empleador pagaría el 40% del sueldo y el Estado aporta con el otro 60%. Entonces han tomado medidas para ayudar compañías y dueños. Si tuviste que quedarte en casa por haber tenido el virus o sospechas, el Estado se encargó de que recibieras el sueldo y por eso la gente está satisfecha, al ver que tomó la responsabilidad y estuvo presente".

Puso también como ejemplo a los medios de comunicación, que las “pautas publicitarias bajaron un montón porque las compañías (restaurantes, bares) no pudieron pagar por publicidad durante estos meses, entonces todo lo que debería haber entrado al diario, fue pagado por el Estado. En lo personal, tengo un montón de amigos que no están trabajando porque los lugares donde trabajan no están funcionando bien y están cerrados, y ellos están recibiendo su sueldo por parte del Estado. Pero ahora los negocios están ya la mayoría abiertos y están volviendo a trabajar”.
La situación actual
Ciertamente en Suecia se vive de otra forma. Gabriel volvió de dirigir un partido de fútbol de la liga local, cuando se conectó vía Zoom para la entrevista.

En ese sentido, detalla que “ahora se está volviendo a la normalidad. La gente sale, por ejemplo a bares, aunque hay restricciones como que el mozo tiene que venir a tu mesa, no te podes parar, no puede haber más de siete personas. Los números estaban bajando, pero ahora que el sol está saliendo, la gente sale a la calle y tuvimos un nuevo pico de contagios. Volvió el fútbol en todas las divisiones, obvio que sin público. El virus todavía es algo de lo que hablamos y pensamos, está en todos lados. Pero la gente está volviendo a su vida normal”.

–¿Actualmente tienen restricciones más allá de la no cuarentena, por ejemplo el uso de barbijo, distancia social u otras reglas?
–No. Tenemos recomendaciones, pero nada obligatorio. Nadie usa barbijo, casi que no he visto a nadie usando desde que empezó la pandemia. Sí se mantiene distancia y la gente está consciente. A pesar de que no es en contra de la ley porque no son obligaciones, se nota que la gente toma distancia y presta atención.

Comparando Argentina con Suecia, fue inevitable destacar las diferencias culturales. En el país nórdico no se acostumbra tanto contacto físico, besos en la mejilla, abrazos y mucho menos el consumo de mate. Al respecto, Gabriel contó que “la gente en el norte de Europa siempre hemos mantenido una distancia social. Es nuestra cultura, no nos acercamos mucho a los otros físicamente. Creo que Suecia es uno de los países en los que más personas viven solas. Y por eso quizá no nos afecta tanto porque practicamos la distancia social en nuestra vida diaria”.

*Traducción del sueco/inglés a cargo de Alejandrina Tinta Segovia.
Fuente: El Entre Ríos

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