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En el mismo año en que descendió, el Club Patronato alcanzó el hito más relevante de su propia historia y la de todo el fútbol entrerriano. Tras vencer por 1 a 0 a Talleres, se coronó campeón de la Copa Argentina.
El partido estaba para cualquiera de los dos y el Patrón se quedó con el título con un gol increíble, convertido por Tiago Banega, entrerriano, de Primero de Mayo, ex Depro. Tiago fue a disputar una pelota al suelo y el rebote lo terminó favoreciendo, ya que la pelota se colón en el ángulo.

Banega, que fue suplente e ingresó en el primer tiempo por una lesión de Franco Leys, capturó un rebote en el círculo central y empezó a conducir hacia adelante. No tenía pase, quiso eludir a un jugador de Talleres y en el enganche, la pelota se le fue muy larga: como la iba a capturar Benavídez, Banega fue al piso a trabar.

El defensor de Talleres llegó a interceptar pero la pelota rebotó en la pierna del 6 de Patronato y se metió casi en el ángulo, por encima de Aguerre. Un golazo de pura casualidad que quedó para siempre en la historia del elenco entrerriano y también del fútbol argentino.
Fuente: TyC Sports

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