Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Fernando, exponiendo en CAFESG
Fernando, exponiendo en CAFESG
Fernando, exponiendo en CAFESG
Fernando Regner tiene 19 años y es estudiante de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social, que se dicta en el Instituto de Profesorado Concordia. El jueves 25 de octubre, en el salón de la CAFESG, disertó sobre "Inclusión y Empatía". Gestión mediante de Marcelo Primitivo, responsable del Promar, la conferencia formó parte de las actividades destinadas a concientizar sobre las discapacidades.

"Tengo hemiparesia y disfluencia" contó Fernando, a poco de empezar. Enseguida aclaró los términos: "Hemiparesia es la pérdida de fuerza de un sector del cuerpo; en mi caso, la parte derecha. La disfluencia es la alteración de la fluidez del habla. Van a notar que doy algunos pequeños saltitos al hablar", confió.

Ese modo de presentarse, genuino, auténtico, y esa determinación inquebrantable de hablar, de exponer, de decir lo que tiene para decir, cueste lo que cueste, impactó en el público desde un primer momento.
Una familia inclusiva
No resulta casual que Fernando hablara luego de su familia, algo así como la plataforma de lanzamiento que le contagió esas ganas de vivir que él trasunta y esa lucha por la inclusión, forjada en medio de las dificultades.

"Nací de un embarazo múltiple. Somos cuatrillizos: Guillermina, Martín, Matías y yo. Tuvimos la suerte de nacer en una familia donde nuestros padres siempre se esforzaron para que salgamos adelante", dijo, ante la atenta escucha de todos su hermanos y de Rosario, su mamá, que no se cansaba de captar imágenes con su cámara.

Los cuatro han llegado al mismo tiempo al nivel terciario. Guillermina, al igual que Fernando, acaba de terminar el primer año de Comunicación Social. Profesorado de Lengua y Medicina son las carreras que eligieron los otros dos hermanos.
El punto de partida: algo más de 800 gramos
Fernando contó que al nacer pesó poco más de 800 gramos. "Tuve estimulación temprana desde muy chico para alcanzar el peso normal de un bebé. Empecé jardín de infantes a los dos años. La primaria fue una época de muy lindos recuerdos", rememoró.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
Trajo a colación aquel día en que se enteró que le entregarían el premio al mérito. "Jamás lo olvidaré", confesó, con indisimulada alegría.
Los desafíos en tiempos de secundaria
Pero nada en la vida ha sido fácil para Fernando, que ha templado su personalidad desafiando los obstáculos y los límites. "Los primeros tres años de la secundaria, la parte social a mí me costó horrores, en especial interactuar con los chicos", admitió.

Con igual franqueza, se atrevió a dar más detalles: "En el curso eran más grandes que yo, era el más chico, así que durante esos años usaban un lenguaje que yo no entendía y al no entender era víctima de bullying, no me invitaban a ninguna joda ni nada y por mi disfluencia se burlaban".

Pero aquel período tormentoso pasó y en los últimos tres años de la secundaria, Fernando pudo "compartir mucho más". Sobre el final de su escolaridad, vivió una experiencia que le hizo mucho bien. Llevó adelante la pasantía en un centro de equinoterapia denominado Pucará, donde se sintió especialmente útil, colaborando con otros chicos para que desarrollaran su actividad y se rehabilitaran en contacto con los caballos.

La síntesis de sus 19 años de vida culminó con una referencia al presente: "Actualmente estoy cursando la carrera Técnico Superior en Comunicación Social, una carrera que me gusta mucho".

Sentadas en las primeras filas del auditorio de CAFESG, la fonoaudióloga Belén Peichotto y la psicóloga Milagros Etcheverry no se perdían detalles de la exposición de Fernando. Son dos profesionales que lo guían y alientan en su constante esfuerzo por superarse día a día.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Fernando Regner, Belén Peichotto y Milagros Etcheverry Agrandar imagen
Fernando Regner, Belén Peichotto y Milagros Etcheverry
Al relato de su vida, le siguió la presentación de un video que explica de un modo tan simple como expresivo en qué consiste la inclusión. Se titula "Por cuatro esquinitas de nada" y tiene por principal protagonista a "cuadradito".
POR 4 ESQUINITAS DE NADA
Inclusión e integración no son lo mismo
Pero lo mejor de la exposición de Fernando aún estaba por llegar: un decidido llamado a la inclusión, diferenciándola de la integración.

"Inclusión a veces se confunde con integración. No son conceptos iguales. No son sinónimos" enfatizó. "La inclusión -agregó- se caracteriza por la justicia social, la flexibilidad, adaptación, igualdad de oportunidades. La integración se fija en la discapacidad. La inclusión aprende de ella. La integración se basa en la competencia entre compañeros y la inclusión en la equidad y la solidaridad" .

Fernando vinculó lo conceptual con su propia experiencia de vida, lo que le dio aún mayor fuerza a la explicación: "Desde muy chico, a mí la sociedad me permitió incluirme y desarrollar mis capacidades. Pero también soy consciente de que hay muchos chicos que necesitan una oportunidad de tener una vida plena, en todos los aspectos".

Le siguió un mensaje centrado en la "empatía", que debería retumbar en nuestras conciencias e invitarnos a revisar actitudes y políticas. "La sociedad necesita ser más empática ante la persona con discapacidad. Que no vea tanto su discapacidad. Que vea lo que puede hacer" pidió Fernando.

Una de sus últimas frases, ya a manera de conclusión, se adentró en lo esencial del respeto a la dignidad humana: "Todas las personas -dijo- tenemos derecho a desarrollar nuestras capacidades".

Vinieron luego los aplausos y la felicitaciones.

Cuando salí del auditorio de CAFESG, mientras caminaba rumbo al auto, me sentí agradecido a Dios por lo que acababa de presenciar, contagiado ya no sólo por las ideas que Fernando expuso sino, sobre todo, por su lucha y la de toda su familia, por esas ganas de vivir, esa decisión inquebrantable de desafiar los límites con perseverancia y esfuerzo.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario