El rosarino, que desde 2004 está radicado en Concordia como pastor de esa jurisdicción de la Iglesia Católica, suele pasar sus días en distintos lugares de la ciudad y lleva una vida sencilla, cercana y con menos carga diaria en la agenda.
Lo que pareció no saber fue quién era ese caballero, vestido con camisa y cuello clerical, un pantalón gris en composición con la prenda superior y una campera liviana estilo “rompevientos” negra, que fotografío espontáneamente en la plaza.
Lo que se dio después, entre el fotógrafo y el religioso fue una primera charla:
-¿Usted es padre de esta Iglesia?
-No.
La Iglesia a la que aludió Emiliano García (posee 421 mil seguidos en Instagram), recorre semanalmente distintas ciudades entrerrianas y también es conocido por ser el videógrafo del gobernador Rogelio Frigerio, era en verdad la Catedral “San Antonio de Padua de la Concordia” (cuyo párroco actualmente es el padre José Luis Bogado).
Lo que siguió, fue una reflexión para atesorar, un consejo con el que vale la pena quedarse como en el instante le resultó pensar y decir al fotógrafo que capturó un momento singular. Es que monseñor Luis dijo lo suyo lejos de las pompas de las ocasiones religiosas en la que ha estado, en pleno contexto de una jornada concordiense cualquiera, de a pie y la amabilidad de lo que cruzan un diálogo en ocasiones donde se encuentran cara a cara, sin intermediarios.
-¿La gente va más a misa con esto de la crisis?
-Hay de todo un poco porque la religión no es para responder a crisis humana, sino para responder a la crisis del corazón. Entonces, cuando el corazón sana, también se van sanando. Ahora, cuando el corazón está siempre en conflicto, ver siempre a los demás como enemigos, siempre guerreando, la cosa no avanza. Ni la religión, ni nada.
 
    
 
             
         
         
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
            