Luego de recuperaciones milagrosas, dos meningitis, múltiples intervenciones en la médula y recaídas inesperadas, las secuelas hicieron que pierda movilidad en sus piernas y desde fines de 2017 está en silla de ruedas.
“La médula está dañada y ya no es reversible”, dice asumiendo el pronóstico que le han dado los especialistas.
La conversación con El Entre Ríos tiene que ver con su nueva vida. “Accesibilidad con la mirada puesta en el usuario”. Esa es la causa que lo moviliza en los últimos años y que lo lleva a viajar por distintas provincias, pueblos y ciudades.
Recorre puntos estratégicos, sitios históricos, locales comerciales, edificios públicos y privados. A partir de eso, en universidades, colegios profesionales o empresas, invita a trascender las normas sobre discapacidad y descubrir la riqueza y diversidad de las experiencias en silla de ruedas.
En Colón ya estuvo en varias oportunidades; la última hace menos de un mes, cuando participó de una carrera a beneficio de la Escuela Rayo de Luz con “la idea de ver las posibles barreras. Transitar en silla de ruedas por las calles del centro, se puede”.
“Parque Quirós me gustó. El problema es que las rampas son angostas; pero pude estacionar enfrente y como corro con bici de manos, pude pegar la vuelta con total tranquilidad. Para destacar: el baño adaptado; que haya podido entrar al baño en un parque, es lo más importante”, comenta.
Como puntos a mejorar en la ciudad, menciona que “faltan rampas” y algunas “no son funcionales, además de los “muchos desniveles” en calles y veredas. “Hay escalones en la mayoría de los comercios”.
En silla de ruedas
Para Juan Pablo, “en Colón, donde más hay que trabajar es en los hoteles. Que haya más de dos o tres con habitaciones adaptadas, ojalá sea posible”.“Habitualmente una persona con discapacidad viaja acompañado. Si eligen no tener unidades adaptadas, se pierden tres, cuatro o cinco cubiertos, excursiones u otros servicios”, precisa.
“¿Cómo saber si esa rampa es funcional o si en ese ascensor se ingresa para llegar al primer piso donde tenés unidades adaptadas?”, pregunta y luego responde: “Se resuelve fácil con una validación en silla de ruedas; porque si pasa la silla, habitualmente puede pasar cualquiera”.
“Cuando se hace una habitación adaptada, previamente hay que pensar desde la esquina que alguien con un andador o un adulto mayor pueda llegar al hotel por la vereda, entrar, sentarse en el lobby a tomar un café e ir a la pileta”.
“A veces pasa que el inodoro lo hicieron elevado pero al lado pusieron el bidet; entonces, ¿cómo hacés una transferencia segura desde una silla? Se resuelve con algo mínimo como sacar el bidet. Eso te lo da la recorrida con la persona en la silla”.
Una charla “más allá de la norma”
Este fin de semana, Juan Pablo Regalado vuelve a la ciudad para hacer validación de calles, algunos edificios y dos hoteles en los que va a hospedarse. También recorrerá otras localidades de la región.Además, este viernes a las 19.30 en San Martín 625, hablará de “Accesibilidad mas allá de la norma”, en una charla organizada por el Colegio de Arquitectura y Urbanismo (CAUPER) abierta a la comunidad.
A través de su historia personal y reflexiones, desafiará a repensar conceptos como accesibilidad, inclusión y autonomía, inspirando a construir una sociedad más justa y equitativa.
La actividad es gratuita para matriculados. El público en general abona una entrada de $2.000. Los cupos son limitados, por lo tanto se requiere inscripción previa.
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