Los últimos años no han sido fáciles para la carrera de Catriel Soto, que a principios de 2020 decidió volver al país tras una década corriendo para equipos europeos y cuando empezaba a tejer lazos con sponsors y jóvenes promesas de la disciplina, se topó con la pandemia del Covid 19. Desde ese momento surgieron decenas de obstáculos que no solo le descompaginaron el proyecto, sino que le pusieron literalmente cuesta arriba el camino que buscaba transitar para arribar a sus terceras olimpiadas en Tokio.
Con el 11° título argentino consecutivo en categoría Élite, y por desembarcar en Córdoba para competir en el Desafío de La Cumbre, donde es Embajador, el ciclista de 34 años nacido en Colón le contó a El Entre Ríos: “Estoy muy contento por revalidar una vez más el título de campeón argentino”, y contextualizó: “Han sido años difíciles en los que aposté por regresar de Europa y sacar adelante un proyecto en mi país. Hice mucho para seguir arriba de la bici. Por eso tiene un sabor diferente. Lo tenía marcado como uno de los objetivos del año. Feliz por mí, pero sobre todo por el equipo que nunca me deja caer y me empuja a seguir adelante”.
No fue una carrera fácil, por la altura, el clima y los rivales, que no dejan de ser los otros máximos exponentes del Mountain Bike del país. “Fue importante la preparación de un mes que hice en San Fernando del Valle de Catamarca, adaptándome al calor y al clima seco, al terreno más roto. Eso ayudó mucho, pero igualmente la gente de la zona tiene ventaja por la costumbre”, reconoció.
