Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Aunque en estos momentos se encuentra alejado de las canchas porque, según contó, “desde que me fui de Sauce en 2017 nadie me llamó para dirigir”, siempre es buen momento para charlar con Marcelo “Moncho” Benítez, con la intención de conocer su extensa trayectoria como futbolista que tuvo en sus inicios un paso por la Primera división de Racing Club de Avellaneda.

“A fines del ’87 una categoría juvenil de Racing vino a jugar un torneo amistoso a Colón y el técnico solicitó que algunos chicos vayamos a probarnos unos días a Buenos Aires. Tuve la suerte de quedar, me ayudó mi físico y que ya jugaba en la Primera de Liebig a los 15 años”, contó Benítez en diálogo con “Deportes 12”, que se emite de lunes a viernes de 20 a 21 por Radio 12 FM 89.1 - www.radiodoce.com, la emisora de El Entre Ríos en Colón.

A pesar de haber llegado de una liga del interior, al oriundo de Liebig no le costó la adaptación al ritmo del fútbol capitalino: “Fui titular en Quinta y en Cuarta, y en 1990 empecé a entrenar con la Primera que dirigía interinamente Juan Carlos Oleniak”, señaló, y agregó: “La Reserva la tenía Humbertito Grondona y jugué alrededor de 40 partidos”.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
Después de un par de pretemporadas con el plantel superior (en el que jugaban, entre otros, Sergio Goycochea, Rubén Paz, el Turco García) y algunos partidos como suplente, a Benítez le llegó la hora del debut en un partido frente a Ñewell’s en 1991, bajo la dirección técnica de Roberto Perfumo. “Fue un orgullo que una leyenda del fútbol argentino me haya dado su apoyo y apuntalado en el comienzo de mi carrera. No me cabe la menor duda que si Perfumo no dejaba la dirección técnica, me hubieran hecho contrato y la historia hubiera sido otra”, recordó el zaguero central, comentando que “pese a haber jugado 4 partidos de titular, otros tantos en el banco y 40 en Reserva, la dirigencia no me hizo contrato y quedé libre”.

Tras marcharse de Racing, “Moncho” cruzó el charco y fue a probar suerte al Uruguay: “Jugué un año en Cerro de Montevideo la Primera división. Fue una linda experiencia, aunque en un campeonato muy desparejo, donde Peñarol, Nacional y Danubio sacaban mucha diferencia sobre el resto”, narró.

De regreso al país se incorporó a Gimnasia de Concepción del Uruguay, que armó un muy buen plantel con futbolistas de la zona para jugar el por entonces nobel Torneo Argentino A 1994/1995 y logró uno de los ascensos: “Los tres años en Gimnasia fueron los más lindos de mi carrera. Había equipos muy fuertes y de casi todas las provincias. La Gata Tellis, un prócer del fútbol uruguayense, armó un equipazo. Jugamos 44 partidos y perdimos la final con Juventud Antoniana de Salta. Tras empatar 1-1 en Uruguay, realizamos el primer viaje en avión de un equipo de la provincia y perdimos 3-2 allá. Después jugamos un repechaje con Patronato y ganamos los dos partidos 2-1, logrando el ascenso”, señaló. Y sobre su estadía en el “Lobo” subrayó: “Ese ascenso conmocionó a Concepción del Uruguay, aún en el regreso cuando perdimos en Salta la gente nos acompañó con una caravana. Jugamos siempre a cancha llena, era algo muy novedoso para la zona jugar el Nacional B”.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
En 1996 el “Lobo” sintió el nivel de competitividad que tenía aquella segunda división del fútbol argentino y terminó descendiendo, aunque al año siguiente volvería a subir para quedarse por seis años. Tras culminar la campaña del descenso, Benítez fue contratado por Godoy Cruz de Mendoza, por lo que permaneció un año más en el Nacional B, dirigido por “Humbertito” Grondona, quien lo conocía de Racing.

Al año siguiente, en 1998, Benítez decidió volver e instalarse definitivamente en la zona. “Jugué un Argentino B para Atlético Uruguay que había armado un equipazo pero quedó afuera con Campito. Luego jugué un año en Liebig, seis en Sauce y los dos últimos en Campito”, y agregó: “Tuve la suerte de ser campeón en Sauce y Campito, en ambos con Sergio Yano como técnico”.

Apenas un año sabático hubo entre el retiro como jugador y el arranque en la dirección técnica para “Moncho”, que en 2009, además de ser uno de los fundadores, se erigió como el primer técnico de Social y Deportivo Achirense. Más tarde pasó por Liebig -estuvo en dos etapas-, San Jorge y Sauce, donde cerró una etapa en 2017 tras perder la final del Play Off ante CAVE.

Sobre su presente y la faceta de entrenador expresó: “El fútbol es mi pasión y las ganas siempre están. Al principio extrañaba la adrenalina de los domingos, pero con el tiempo me fui acostumbrando. Últimamente me dediqué a acompañar a mi hijo que juega al básquet”, y amplió: “No dirijo por la sencilla razón que nadie me llamó desde que dejé Sauce. Quizás porque hay mucho amiguismo y no soy una persona de trato sencillo. No soy de golpear puertas o llamar a conocidos. Si me toca dirigir será porque me vinieron a buscar y les interesa mi trabajo. Donde he estado considero que hice las cosas bien y fueron buenas campañas. Con Achirense, San Jorge y Sauce estuvimos muy cerca de ser campeones, aunque esos clubes al año siguiente lo consiguieron con otros entrenadores”, cerró.
Fuente: El Entre Ríos vía Radio 12 de Colón

Enviá tu comentario