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Rubén Comán/EER.
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Mañana de domingo muy emotiva en Colón, en memoria de los caídos en el conflicto bélico de Malvinas, homenajeando especialmente a Elbio Eduardo Araujo Penón, nacido en la ciudad, quien ese mismo día hubiese cumplido 56 años de edad.

El lugar elegido por la familia fue la Parroquia de los Santos Justo y Pastor, donde a la hora 10 se celebró una misa con la presencia de amigos, familiares y excombatientes. A lo largo de la misma, el padre Néstor Toler leyó fragmentos de la entrevista realizada por El Entre Ríos a la hermana y la madre del soldado colonense el viernes y publicada en la edición dominical. En el altar estuvo presente una imagen de la Virgen de Luján, perteneciente a la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, y una imagen del cementerio Darwin donde yacen los héroes. Al finalizar la misa, en el patio lateral de la parroquia, tuvo lugar el acto de entronización de la placa con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”, que permaneciera sobre la tumba de Elbio Araujo Penón hasta su identificación.

Participaron el presidente municipal, Mariano Rebord, y miembros de la Comisión de Familiares de Caídos llegados desde diferentes puntos del país.
Recordarlos con orgullo
María Fernanda Araujo Penón -presidente de dicha asociación y hermana del soldado que diera su vida el 11 de junio en la Batalla de Monte Longdon, tras la explosión de una bomba en su trinchera- realizó un fervoroso discurso.

“El 2 de abril de 1982 Eduardo ya había cumplido con el Servicio Militar Obligatorio, pero él les dijo a mamá y papá que se tenía que presentar. Sus palabras fueron ‘la Patria me llama’. Al decir que ‘los irresponsables los mandaron a la guerra’, minimizamos la decisión de estos jóvenes hombres, porque yo les aseguro que ni Eduardo ni sus compañeros fueron porque Galtieri los mandó, sino porque la Patria se los estaba pidiendo. El pueblo ese día fue a la plaza a alentar lo que muy mal llamamos ‘invasión’. No se puede invadir lo que es de uno, fuimos a recuperar lo que nos corresponde por hecho, por derecho y por historia”.

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“Eduardo se fue lleno de Patria, y ese tiene que ser el consuelo de nuestra Argentina. Cuando dicen los ‘pobres chicos de la guerra, los mandaron, los mataron de frío’ ¿Vamos a recordarlos así o con el orgullo que se merecen? Argentina tiene héroes, no víctimas. Si alguien hizo mal las cosas, que Dios y la Patria se lo demanden. El soldado civil y el conscripto, el suboficial y el oficial que dieron la vida por la Patria deben ser recordados con orgullo y alegría”.

“Dejemos de estar divididos por tonteras, cuando tenemos cosas grandiosas para estar unidos, podemos respetarnos porque podemos pensar distinto. El país nos necesita, como en ese momento necesitaron a los soldados y hubo más de 5 mil voluntarios. ¿Necesitamos otra guerra para unirnos? ¿Más guerra de la que estamos teniendo entre hermanos? Acá no hay política partidaria. Eduardo con sus 648 compañeros dieron la vida por el peronista, el radical, el judío, el católico, el negro y el blanco, por la celeste y blanca. Que sea de ejemplo hoy. Basta de peleas, somos hermanos, unámonos para sacar el país adelante. El acto más grande del ser humano es dar la vida por amor, a la altura de Jesús”.
Dos rosas de alpaca para el cementerio
Luego, familiares y junto a Mariano Rebord realizaron el descubrimiento de la placa acompañados por el “Toque de silencio”, interpretado por el trompetista Leonardo Martín Fernández de la banda “El Ensamble”. El padre Néstor Toler realizó la bendición.

Por considerarse parte del patrimonio nacional, la placa debía ser solicitada por alguna ONG o institución oficial. El pedido estuvo a cargo de la Parroquia Santos Justo y Pastor, lugar indicado por la familia al estar relacionado a la historia y la cultura de Colón. El párroco y el intendente rubricaron el acta mediante la cual recibían la placa en custodia.

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Finalmente, los alumnos de la Formación Platero Orfebre de Anexo Formación Profesional Escuela de Educación Técnica Nº 2 hicieron entrega a María Fernanda Araujo de dos rosas de alpaca y latón cinceladas, confeccionadas por los estudiantes. Una será destinada al cementerio argentino y la otra al cementerio inglés. Por este motivo, hablaron el profesor del curso, Diego Ferreyra, y el alumno Alejandro Rauch.

Las obras fueron realizadas por Mateo Etchenique, Amilcar Cáceres, Natalia Torran, Alejandro Rauch, Josefina Castillo, Luis Areguati, Valentín Collazo, Laura Faure, Walter Chalpe, Vanesa Ponce y el instructor maestro platero orfebre Diego Ferreira.
Como cierre del acto, los presentes entonaron la Marcha de Malvinas.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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