Efectivamente, Werner recuperó un título que, en algún tramo de la carrera, estuvo muy cerca de escapársele: llegó a esta fecha decisiva con una ventaja de 16,5 puntos sobre Lambiris. Además, el uruguayo estaba obligado a ganar sí o sí para tener alguna chance.
Pero Lambiris hizo -casi- todo lo que estuvo a su alcance para consagrarse. Se le escaparon por milésimas los 3 puntos de la pole position. Pero se quedó con la serie más rápida que le permitió largar desde la posición de privilegio la final. A esa altura, para coronarse, Werner, que largaba 6º, necesitaba terminar al menos entre los 5 primeros o esperar a que el piloto del Ford naranja no se lleve la victoria.
En los primeros metros, Mariano ejecutó al Torino de Marcos Landa para asegurarse, al menos, la posición necesaria para quedarse con la corona. Mientras Lambiris marchaba al frente acosado por Todino. Pero promediando la competencia, se enredó con el Chevrolet de Agustín Canapino y cayó al 9º puesto. En esa instancia, el título cambiaba de dueño y viajaba a Uruguay.
Sin embargo, el Ford de Lambiris había quedado “herido” por un toque previo de Todino en la lucha por la punta. Como consecuencia de este incidente, se rompió parte de la cola del Ford y la carrocería comenzó a rozar el neumático trasero izquierdo del líder.
Para colmo, en la 14ª vuelta, Todino logró superar a Lambiris y se encaminó hacia su primer triunfo en el TC. Frente a este escenario, a Werner le alcanzaba con llegar 9º para consagrarse. “Las últimas vueltas fueron muy difíciles, porque uno empieza a escuchar ruidos por todos lados. Pero me concentré para no cometer errores”, detalló el paranaense.
Con el final consumado, Werner desató el festejo en medio de una gran incertidumbre. Porque mientras él se abrazaba con todo aquel que se cruzaba por el camino, Lambiris ingresaba a la oficina de los comisarios deportivos para presentar una denuncia formal por el toque que lo terminó perjudicando.
Lo que siguió fueron larguísimos minutos de análisis de cámaras on board, parciales de tiempo y hasta la adquisición de datos del auto de Lambiris para determinar si después del toque su auto había perdido rendimiento. Al tiempo que el piloto del Lüsqtoff Racing pedía que revisen su auto, que además de estar dañado, evidenciaba un surco en toda la pisada por el desgaste que le provocó el roce de la carrodería.
A unos pocos metros, Werner eligió abstraerse de toda esa polémica de la que nada tenía que ver y celebró a lo grande. No era para menos, se sentía el nuevo bicampeón del Turismo Carretera. Y un rato más tarde, los CD se lo ratificaron.
