Cuando el denunciante se encontraba compartiendo lo sucedido en las redes sociales, pudo averiguar el posible paradero del animal. Lo informó inmediatamente a la Policía, cuyos efectivos lograron dar con el domicilio donde estaba el animal.
El propietario de la vivienda manifestó que se la había comprado a otra persona, no precisando datos del supuesto vendedor.
Luego de la entrevista, la persona involucrada decide entregar en forma voluntaria el animal, que fue secuestrado por orden del fiscal para luego ser restituido a su dueño.