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La Asociación de la Magistratura y la Función Judicial de la Provincia de Entre Ríos manifiesta su preocupación por las amenazas sufridas por el fiscal de Concordia, Francisco Azcue, quien está llevando adelante una investigación contra una banda delictiva que opera organizadamente en la zona.

Por tal motivo, se mantuvo una reunión con autoridades del gobierno provincial, comprometiéndolas en el repudio a este tipo de prácticas intolerables en un sistema democrático.

“Desde la Asociación enfatizamos el valor de la independencia, la que entendemos debe ser resguardada para ejercer adecuadamente nuestra función”, afirmaron la presidenta y el secretario de la Asociación, Gabriela López Arango y Alejandro Cánepa, respectivamente, tras la reunión que mantuvieron este martes con la ministra de Gobierno, Rosario Romero, y el jefe de la Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein.
El hecho
Omar Facundo Mazaira Silveira, imputado por integrar una asociación ilícita en Concordia con la protección de policías corruptos, viralizó un video donde dijo que el fiscal y el policía que lo investigaron quisieron coimearlo. También dijo que debían cuidarse, consignó el diario Uno de Paraná.

Por el impacto público de la denuncia, el oficial de la Brigada de Abigeato, Luis Duarte, y el fiscal Francisco Azcue, pasaron días difíciles. Se abrió una causa donde se demostró que las acusaciones eran falsas y, por las amenazas proferidas en la grabación, el juez de Garantías Mario Figueroa envió al delincuente a la cárcel con prisión preventiva por 45 días. “Yo soy honesto, no me quiebro ni me vendo, no nos van a detener”, aseguró Azcué.

La investigación que derivó en la causa que investiga Azcue se desarrolló durante ocho meses y logró desbaratar la organización delictiva en mayo, cuando se efectuaron unos 20 allanamientos y detuvieron a 23 personas, inicialmente, y luego a tres más en otras requisas en agosto. Entre los arrestados están dos policías, uno de ellos es el sargento de Policía Ricardo Petelín, vinculado a grupos delictivos. La asociación ilícita funcionaba con cuatro células que actuaban coordinadamente. Una de ellas era comandada por Francisco Chiquito Castro, quien tenía como socio a Omar Facundo Mazaira Silveyra, una pieza clave de la banda.

Mazaira Silveira, de 45 años, tiene un campo llamado El Viejo Matías, ubicado detrás del mencionado prostíbulo, y también habría aportado una habitación de su casa para la explotación sexual. Cuando se cometía un asalto importante, le llevaban el botín para que lo ocultara. Estuvo en la mira de la Justicia muchas veces, pero nunca cayó. Lo vincularon a piratas del asfalto, su padre fallecido tuvo causas por estafas, tiene una hermana que fue concejal de Concordia, un hermano que le prendió fuego el auto a una abogada y un familiar con vínculos en la Policía.

El último hecho que le imputaron a Mazaira Silveira fue el asalto a un hombre de 80 años, con discapacidad auditiva y quien recientemente había enviudado. Planeaban dormirlo con un somnífero, y le sustrajeron dos acoplados que revendieron en Chajarí.
Mentiras y amenazas
Cuando lo detuvieron y lo imputaron a mediados de agosto, le dictaron prisión preventiva domiciliaria. Ni bien regresó a su casa, agarró un celular y se grabó en un video de casi 10 minutos. Con una notable dicción y siguiendo un guión al pie de la letra, se victimizó: dijo que el oficial Duarte le pidió diez mil pesos a cambio de no secuestrarle el celular y que el fiscal Azcue, cuando lo imputó, le exigió 80 mil pesos para eludir la acusación, entre otras cosas.

El mismo fiscal solicitó que se investigara de inmediato todo lo mencionado por Mazaira Silveira. En pocos días, se pudo determinar la falsedad de la acusación. Por ejemplo, el abogado defensor que representó al imputado en la declaración, Martín Jáuregui, negó cualquier referencia a pedido de dinero del fiscal. Además, se desmintió la acusación al policía Duarte en una pericia a un teléfono, donde se encontró un audio en el que Mazaira Silveira le dice a otra persona que la Policía no le pudo secuestrar el celular porque lo había escondido, por lo tanto, no pudo haber existido aquel pedido de coima.

El delincuente también había dicho que un tío de Azcue que es abogado penalista le pasa información de narcotraficantes que el fiscal utiliza para meterlos presos; pero resulta que Azcue trabaja en una unidad que actúa ante robos, hurtos y violencia de género, no por drogas.

Además, Mazaira Silveira dijo en tono amenazante que el fiscal debía tener cuidado, lo cual tampoco fue pasado por alto.

En un nuevo allanamiento a su casa de campo, el hombre fue trasladado a Tribunales. Le imputaron las amenazas coactivas y por el claro entorpecimiento de la investigación, el juez Figueroa dictó la prisión preventiva en la Unidad Penal N° 3 de Concordia.
Fuente: Magistraer.com - Diario Uno

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