“Nos convoca la bronca y el dolor que provoca el sabernos desprotegidas y expuestas por una justicia machista que nos revictimiza a mujeres, travestis y trans. El fallo de impunidad para los asesinos de Lucía Pérez vuelve las culpas hacia las víctimas y pretende disciplinarnos por nuestra autonomía. Este fallo, dictado por tres jueces varones con nombres y apellidos, se basa en la vida de Lucía, recurriendo a los prejuicios más medievales para justificar o correr el velo de lo que se llevó su vida: UN FEMICIDIO. Esta negación va mucho más profundo de lo que parece: no solo negaron que dos adultos que suministran cocaína para someter a una adolescente son responsables de abuso y femicidio; también quieren decirnos que su vida no cuenta, que las relaciones de poder que son la base de la violencia machista no existen, que el enorme movimiento feminista que exige justicia por ella y por tantas tiene que callarse”, expresaron.
“Exigimos justicia con perspectiva de género, con funcionarios capacitados”, dijeron para concluir.
Sobre Lucía Pérez
Con 16 años, era una adolescente como cualquier otra. Tenía metas, sueños y deseos, pero todo le fue arrebatado de pronto.Lucia, que cursaba la secundaria y provenía de una familia trabajadora en Mar del Plata (Buenos Aires), fue cruelmente drogada, violada, empalada y asesinada por Matías Farías (23) y Juan Pablo Offidani (41).
De acuerdo con las investigaciones, Lucía contactó a ambos sujetos para comprarles marihuana. El día del crimen, la joven accedió a ir a casa de Farías. Allí, ingirió grandes cantidades de marihuana y cocaína.
Posteriormente fue violada vía vaginal y anal, “no solo con el pene del hombre que lo hizo, sino también utilizando un objeto romo, como pudo haber sido un palo”, informaron fuentes policiales.
Murió a causa de un “reflejo vagal”, como consecuencia de la violación sexual.
