“Cada día realizamos la celebración en un lugar distinto. Comenzamos por el puerto; fue como ir al origen, desembarcar en este tiempo en Colón así como lo hicieron los inmigrantes, quienes se habrán encontrado con muchos sueños pero también con muchas dificultades. El segundo día fue en la plaza, recordando la fundación de Colón, la piedra fundamental en la que estaba Urquiza y el Padre Lorenzo; la comunidad, el pueblo, la familia, deben volver a fundarse en el amor, que es la certeza más hermosa. El domingo fuimos a una casa de familia, donde un chiquito tomó la primera comunión. El lunes estuvimos en el cementerio proclamando la resurrección. El martes estuvimos en la capilla del Padre Lorenzo Cot y el tema fue la confesión. El miércoles fuimos a un hogar de ancianos y el jueves con los jóvenes a la sede del Barrio Tiro, tocando la vida como vocación. El viernes celebramos en el invernadero; ver la plantación, el proceso, rezar allí y ver a Marcelo que había tenido que dejar su trabajo y luego de encontrar a Cristo disfruta su trabajo. El sábado es el día del Catequista, que se celebra a nivel diocesano; la misa es junto a la gruta de María, acá en el parque de la parroquia”.
“Ha sido una manera diferente pero muy profunda e inspirada de vivir la Novena Patronal. No era hacer show ni simplemente ir a un lugar porque sí, sino que en cada uno de ellos se tocó un aspecto de la propia vida, la existencia, la familia, el trabajo, los difuntos. Fue muy rico, para muchos un despertar de la fe”, mencionó.
Sobre la celebración central de este domingo, “será de forma virtual, comenzando a las 11 con la misa, luego compartiendo mensajes por la radio y a las 13 con folclore, compartiendo la alegría de la Fiesta Patronal”, dijo el Padre Toler.
Ser como niños
En otro tramo de la charla, el párroco de Santos Justo y Pastor se refirió a San Cayetano, cuya conmemoración fue el 7 de agosto.
Luego, el cura repasó la historia de los Santos Justo y Pastor. “Nos confirman esto de ser como niños, este camino de la infancia espiritual que le pedimos que es aprender a poner cada vez más la confianza en Dios que nunca nos abandona, y nos ubica en ese lugar de hijos y hermanos”.
“Estos dos hermanitos de 7 y 9 años –Justo y Pastor- viven en tiempos de persecución a la Iglesia y cuando se exigió a todos el culto al emperador y se prohíbe el culto a Dios, ellos tuvieron esta expresión que nosotros la pusimos como lema: ‘Nosotros no podemos vivir sin Jesús’. Diocleciano quiso comprarlos con regalos y amedrentarlos con un látigo, pero ellos lo vencieron. Dos niñitos pusieron en crisis el imperio, porque la fe los hizo libres hasta frente a la misma muerte. Frente a esta crisis política y social que estamos viviendo, debemos volver a esta fe que se enciende interiormente, han sido un ejemplo”, sostiene.
Mártires del siglo XXI
Al ser consultado sobre si existen mártires en el siglo XXI, Néstor Toler responde: “El Papa Francisco dice que hay más mártires en el siglo XXI, y en este último tiempo, que en toda la historia de la Iglesia. Hay lugares donde la Iglesia está siendo muy perseguida, sobre todo por estos grupos nacionalistas de radicalismo musulmán”.
“Jesús nos invita a renunciar a nosotros mismos, a nuestro nombre y prestigio, para vivir cada vez más siguiendo la cruz, lo que marca el camino del martirio. No es proselitismo, sino la fuerza del testimonio, que es otra cosa. No es que uno está mirando la muerte o que me van a matar; uno se apasiona por la vida. La experiencia de Cristo: lo veo, lo escucho y no puedo callar esto que hemos visto y oído.
