Comenzó en 1999, cuando la región aún no tenía el esplendor turístico actual. Sus dueños tuvieron la visión de buscar un contrapunto con algunos lugares no tan distantes y ya posicionados en el rubro.
“Mis padres vieron que en la zona de Gualeguaychú y alrededores los campings eran para un público más adolescente, y decidieron hacer algo orientado a la familia”, cuenta a El Entre Ríos Bruno Stoa.
“La gente, lejos de enojarse, nos trajo más huéspedes que disfrutan de esta característica”, señala.
La iniciativa tiene antecedentes en reservas del sur del país y en algunos lugares de la provincia de Córdoba, según nos cuenta el protagonista. Pero lo inusual de un camping de estas características en la región y la activa participación de Bruno en Tik Tok, Instagram y Facebook hizo que un video se vuelva viral, despertando el interés de muchos usuarios e incluso de un medio nacional que lo tuvo en pantalla hace algunos días.
“Nos suele pasar que muchos vienen acelerados, hablando en un tono alto y luego cuando se relajan van bajando el volumen, entonces cuando llega alguien nuevo parece que está gritando”, rescata entre las experiencias de habitar un lugar donde predomina el silencio y -a la par- los sonidos de la naturaleza.
Algunas llegan para disfrutar el día y otras buscan alojamiento. Hay entre 35 y 40 parcelas “bastante separadas una de otra, porque priorizamos que tengan su espacio y privacidad”. Tienen mesa con bancos, parrilla y tomacorriente. También hay algunos dormis.
Reciben familias, parejas y personas solas que buscan dejar atrás el ruido para por fin descansar. La música queda afuera; así lo hacen saber la cartelería y las redes sociales. Y hasta ahora les ha dado resultado.