El precandidato a la intendencia de San José, Daniel Bravo, mantuvo una entrevista con El Entre Ríos.
-Para comenzar, una presentación.
-Mi nombre es Daniel Bravo, soy platero, sexta generación familiar. Vivo de este oficio desde que tengo 19 años. He incursionado en política como concejal y secretario de Gobierno. Además, he acompañado en distintas agrupaciones dentro del Justicialismo.
Con algunos compañeros tomamos hace poco la decisión de conformar un partido local buscando salir del juego del Justicialismo, donde las reglas no son claras hace muchos años, la participación no es igualitaria y hay muchos inconvenientes para que se dé en forma democrática.
-¿El partido está conformado solo por gente que proviene del Justicialismo?
-Mayormente sí, pero lo hemos hecho con amplitud para que todo aquel que quiera sumarse lo haga sin problemas. En las ideas que uno tenga a nivel departamental, provincial o nacional, hay libertad de acción.
-¿Analizaron la posibilidad de sumarse al vecinalismo sanjosesino?
-No, porque no somos vecinalismo. Si bien nos hemos corrido del Partido Justicialista, nos diferencia ampliamente nuestra manera de ver la política. El vecinalismo de San José dice no ser político y nosotros decimos hacer política. Creemos que la política es la herramienta por la cual podemos transformar la vida de las personas en una comunidad organizada, por lo tanto no renegamos de ella ni de nuestros orígenes.
También tenemos visiones muy diferentes de cómo se viene manejando la ciudad a como nosotros entendemos que se debe hacer.
-¿Cuáles serían esas diferencias?
-La organización por sobre todas las cosas. Vemos que hace muchos años la ciudad no tiene un rumbo y eso es debido a que, más allá del maquillaje que ha habido respecto a la sanción de normas, estas no han sido contempladas ni respetadas y se han vulnerado.
Tampoco compartimos la visión de crecimiento que tienen los que han gobernado los últimos 12 años con lo que nosotros vemos de cómo puede llegar a crecer San José y por dónde deben pasar esos ejes de crecimiento. Organizar el hacia dónde y cómo, son dos diferencias importantes.
La otra es que la función pública tiene que ser direccionada en beneficio de la gente y no de los compromisos. Hoy San José es tierra de nadie; vemos como muchas cosas suceden con la anuencia o mirar para otro lado por parte del municipio, sin tomar las decisiones políticas para que la sociedad marche de forma organizada, civilizada e igualitaria. Pasa porque la decisión no esté inclinada por los compromisos políticos, familiares ni de amistades.
-¿Qué es lo primero que hay que hacer en obra pública?
-El saneamiento. San José tiene un problema muy grave del que nadie se ocupa porque es la obra que no se ve: la contaminación que la propia comunidad hace sobre sí misma. El funcionamiento de las piletas cloacales y todo el sistema que hace que esos desechos transiten por un arroyo donde viven muchas personas, sumado a que lo que alcanza a ir al río vuelca por encima de la playa, una de las banderas turísticas.
Ahora viene el campamento sanitario que hará un relevamiento de toda la ciudad y yo no tengo dudas de que el mayor problema que a detectar va a ser este.
Sabemos que no es sencillo, lleva mucho tiempo y dinero, pero la peor gestión es la que no se hace.
Después, el crecimiento de la obra pública se tiene que dar en forma equitativa. Los barrios están muy descuidados y también tienen problemas sanitarios. Si uno mira el porcentaje de cómo se ha volcado la obra pública, la mayor concentración está en el centro. Nunca se ha equilibrado esa inversión en los barrios; la gente se siente descuidada y cansada. Por ahí viene el planteo de El Brillante y la zona de descentralizarse siendo un municipio nuevo, porque están cansados de ser solo visitados en época de campaña y después no ser atendidos durante el periodo de gobierno.
-¿Qué propuesta tienen para el turismo?
-Hay dos atractivos principales que son el balneario y las termas. El balneario hace muchos periodos que no ha tenido ningún tipo de transformación. Está quedando chico y con lo que viene siendo en los últimos años la no regulación de las aguas por parte de la represa, hace que nos inundemos, sobre todo en la época estival.
Una de nuestras propuestas es la reforma integral del balneario, con un alteo para que con una cota de cuatro o cinco metros aún podamos tener playa. Después una sectorización de los distintos servicios para un mejor manejo de la gente. Una zona donde estén los juegos y puntos de venta, reacondicionar el camping y ampliarlo. Seguramente tendremos alguna alzada de voz de los ecologistas por la zona de avistaje de aves, pero se pondrá a consideración de la comunidad. Nuestra propuesta es ampliar el camping y mejorar el servicio de bajada de lanchas para que sea una prestación en que el dueño pague una entrada, pero que el municipio le brinde la bajada y subida, iluminación del sector, un lugar cómodo en el que dejar el tráiler y su vehículo, un lugar cómodo para entrar y salir, que es un reclamo de hace muchos años.
Si queremos que el balneario sea un atractivo para el local y el turista, tiene que tener servicios.
-¿Se cobraría entrada?
-Sí. Hay que darle a la gente el beneficio de poder disfrutar su balneario porque se mantiene en gran parte con el aporte de los contribuyentes durante todo el año. Manejarlo insume mucha gente y deberíamos ver los números, pero seguramente las mejoras en la infraestructura saldrán del contribuyente de San José. Así que si se lo mejora con su aporte, hay que darle algún tipo de beneficio a la hora de visitarlo.
Termas San José es el otro emblema. Creo firmemente que debe ser manejado de manera municipal, más allá de que no pongo a consideración si el manejo privado ha sido bueno o malo, sino que es una idea política, porque la imagen que termas deje en el visitante debe ser la que uno decida.
A partir de estos dos ejes, sumado a los privados que tienen su emprendimiento, generar una buena propuesta para el turismo. También la parte histórico-cultural de San José es muy rica, con el museo, la iglesia, el Tiro Federal, debemos revalorarlos para mostrárselos al visitante como parte de nuestro atractivo.
-¿Cómo ves el funcionamiento del Concejo Deliberante?
-Pobre. Hace mucho tiempo que no veo oposición. Y la oposición no es pegar un grito o golpear la mesa. La profesionalización es muy importante y aunque no tenga un título profesional, debe serlo al actuar cuando tiene la representatividad de la gente por detrás. El Concejo Deliberante no es para calentar una banca, levantar la mano por obsecuencia ni por oposición porque sí. Hay un trabajo que realizar y a eso se tiene que abocar el concejal, más allá de su simpatía o no con el gobierno de turno.
-¿Solicitarías desde el Ejecutivo la modificación de alguna ordenanza?
-Muchas. No coincido con el Banco de Tierras ni con el reglamento de edificación. Tampoco con la proyección del crecimiento de San José, el tan mentado plan estratégico que luego se sancionó por el costado una ordenanza que permitía que el Ejecutivo aprobara los loteos como quisiera. No había un crecimiento cierto de cómo debía expandirse la ciudad urbanísticamente, sino que a medida que iban presentándose los proyectos de loteo, los aprobaba o desechaba a conformidad del Ejecutivo.
-¿La microrregión está haciendo un buen trabajo en conjunto?
-Tampoco lo veo desde hace mucho tiempo. Se han preocupado mucho en crear liderazgo político, que puede ayudar a ganar las elecciones, pero no hay liderazgo social. No hay proyectos en común. Justamente una de las propuestas de nuestra plataforma de gobierno es integrar la microrregión e interesar a las demás comunas en proyectos afines.
Hay desafíos a futuro que no tienen tiempo para perder. Qué hacer con la basura es uno; debemos pensar en un tratamiento integral entre todas las localidades.
