En la madrugada del 15 de diciembre, poco antes de las 2:30, una muy fuerte tormenta azotó a la ciudad. El fenómeno más intenso fue con ráfagas de viento que superaron los 80 Km/h. Mientras se desarrollaba lo peor de la tormenta gran parte de la ciudad permanecía a oscuras.
La virulencia del viento provocó voladura de chapas, cables, ramas de árboles, postes y un sinnúmero de objetos tirados por doquier. Mientras las ráfagas de viento mermaban en su intensidad, la lluvia era más y más copiosa.
Los destrozos fueron cuantiosos y numerosas familias requirieron asistencia, sufrieron las consecuencias también muchos árboles en la remodelada Plaza 9 de Julio; el Parque Autóctono y el "Poli", todos del sector Oeste, donde pareciera que pasó lo peor, y el panorama que presentaban era verdaderamente desolador.
La velocidad del viento, que alcanzó picos de 85Km/h, no tardó en derribar árboles y postes y consecuentemente provocó un apagón que afectó prácticamente toda la ciudad. Lo más intenso del fenómeno duró media hora, y a partir de ese momento aumentó la intensidad de la lluvia, que en poco tiempo alcanzó los 45 milímetros.
Fue verdaderamente conmovedor cómo los vecinos durante ese sábado y días posteriores se reunieron para dar una mano a los municipales en la limpieza de la plaza del barrio Oeste, donde los daños en el arbolado fueron muy importantes.
Entre ellos, un árbol que se desgajó y dejó a la vista una figura que muchas personas, cada vez más, creen que es el de la Virgen María, de la que es muy devota la comunidad cristiana católica de la ciudad. La cuestión fue motivo de conversación entre los vecinos, luego pasó a ser de casi todos mediante las redes sociales y en los últimos días, especialmente en horas de la tardenoche hay quienes se acercan al lugar con velas.
