Se trata de una manifestación de fe en homenaje a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que reúne a fieles de diferentes edades y ciudades de la costa del Uruguay, que llevan adelante este sacrificio con diferentes intenciones, pedidos y promesas, este año bajo el lema “Anunciemos con María, la esperanza”.
Una de las novedades que incluyó esta edición -tras una versión virtual en 2020 por la pandemia de Coronavirus- fue la decisión de conformar una sola columna de peregrinos, previendo una menor cantidad de inscriptos que años anteriores.
Todos, los de a pie y quienes recorrieron los 40 kilómetros en bicicleta, más los que se fueron sumando informalmente en distintos tramos del recorrido, eran esperados en Arroyo Barú por la comunidad de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús: estaba programada una misa a las 7:30 y otra a las 9:30, antes de dar paso a la tradicional “Fiesta del peregrino”.
De acuerdo a lo informado desde la organización, había venta de asado con cuero, empanadas y masas dulces para llevar. Este año, y dentro de las modificaciones planteadas por el contexto sanitario, no habría almuerzo en el patio del templo.
