Al igual que Entre Ríos, también en el vecino país cada año cientos los trabajadores emigran para trabajar en la recolección de cítricos, y, en más de una ocasión relata el diario El Telégrafo, se ha constatado y desbaratado la venta de estupefacientes. Sumado a la particularidad que un porcentaje considerable de los zafreros –añade el periódico– han salido de la cárcel y poseen problemas de consumo.
De acuerdo a lo informado por la policía uruguaya, el pasado sábado al atardecer y en circunstancias que personal policial de la Comisaría Octava realizaba recorridas, vio a un motociclista en actitud sospechosa que merodeaba un camino vecinal que conduce a un establecimiento citrícola. En tanto, al notar la presencia de los uniformados éste pretendió evadirlos.
Una vez identificado por los efectivos se constató que se desempeñaba como peón rural en establecimiento cercano y al pedirle que vaciara sus bolsillos sobre el capó del vehículo policial le fue encontrado un envoltorio en nylon negro con sustancia vegetal similar a marihuana.
Asimismo, en dicha ocasión fue advertido el paso de otra persona en actitud sospechosa que, al encontrarse sorpresivamente con la Policía en ese lugar intentó disimular y proseguir la marcha, siendo identificado. Este último sujeto terminó confesando que esperaba encontrarse con el motociclista que le traería un encargue de marihuana directamente al portón de las barracas de los zafreros.
Contando con varios elementos provenientes del trabajo de campo de la Comisaría Octava, el procedimiento fue derivado a la Brigada Departamental Antidrogas, en tanto que la Justicia actuante extendió orden de allanamiento para el domicilio del detenido.
Durante la pericia en la casa del hombre –en la zona de Paraje La Cuchilla– fue incautada una mochila, que estaba oculta bajo la cama, conteniendo una bolsa de nylon con sustancia vegetal de color verde similar a la marihuana, y sobre las hornallas de la cocina una caja de cartón con una bolsa de nylon transparente y más de la misma sustancia vegetal y una balanza chica, totalizando 980 gramos de sustancia.
En tanto, si bien el hombre contaba con habilitación como autocultivador otorgada por el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) del Uruguay, superaba los 480 gramos anuales que se permite recolectar de las plantas.
La Justicia finalmente resolvió la formalización de C.R.P, quien resultó imputado y condenado por “un acto preparatorio de negociación de sustancias estupefacientes”, imponiéndole como pena 12 meses de prisión de cumplimiento efectivo.
