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Jamer Gunn, despedido por sus tuits
Jamer Gunn, despedido por sus tuits
Jamer Gunn, despedido por sus tuits
Disney despidió la semana pasada a Jamer Gunn, el director de la serie “Guardianes de la Galaxia” tras resurgir, luego de 10 años, una serie de tuits ofensivos sobre temas como la pedofilia. ¿Son las cuentas de las personas en las redes sociales una extensión de sí mismas, capaces incluso de generar despidos?

El caso de este director de Disney no es el único. De hecho, durante las últimas semanas se estuvo hablando sobre las publicaciones del fundador de la innovadora empresa Tesla, ElonMusk. ¿El tema? También la pedofilia pero esta vez porque el director de la compañía que se propone generar autos eléctricos accesibles para las masas acusaba de esta acción a uno de los rescatistas de los niños de Tailandia que estuvieron atrapados en una cueva de este país hace pocos días.

Es entonces que lo que compartimos en las redes sociales, nuestros comentarios, nuestros apoyos a lo que otros opinan o nuestras críticas, son considerados como parte nuestra y por tanto podemos ser juzgados por lo que allí decimos.

Para muchos puede parecer una obviedad pero la realidad es que cada día se duplican los casos de personas que terminan siendo despedidas de su trabajo o condenadas socialmente por lo que dicen en el supuesto círculo íntimo de sus redes sociales. Lo que es más, la discusión de un tema tan controvertido como el aborto llevó a que por sus declaraciones se apartaran a ciertos médicos de las instituciones donde trabajaban.

Puede que en un principio las redes parecieran simplemente una forma de comunicarnos con los demás, una forma de mostrarles a otros lo que estábamos haciendo o de interactuar con otros. Hoy, son la documentación de nuestras vidas y opiniones, por lo menos, en los casos en que se las usa de esta forma. Y como todo documento puede ser usado en nuestra contra.

¿Lo positivo? La ingenuidad con que muchas veces se las utiliza nos permiten enterarnos de los pensamientos y posiciones sobre determinados temas de personas que influyen en nuestra vida y por lo tanto “les podemos sacar la careta”.

Gunn se arrepintió por sus dichos en 2009 cuando bromeó sobre la pedofilia. Sin embargo, sus disculpas públicas y arrepentimiento no fueron suficiente. El archivo lo condenó. Puede ser que hoy ya no piense como en ese entonces, que haya cambiado, pero es difícil no cuestionar su permanencia a cargo de la dirección de películas que van justamente a ser compradas por niños.

Puede parecer que es un ultraje a la intimidad de las personas el utilizar los contenidos que comparten con sus amigos como una forma de calificarlos en su vida profesional. Pero, ¿acaso no somos nosotros los que voluntariamente abrimos la puerta a que esto suceda? O peor aún, ¿creemos que es un espacio impune donde podemos hacer cualquier cosa cuando no lo es?

Las redes sociales son parte de nuestra vida. Son un pedazo de lo que somos. Y por tanto, al quedar plasmado para la vista de todos, nos pueden juzgar por ello. El error es nuestro si creemos que nadie nos mirara en estos sitios. Y sí, seremos juzgados por ellos. No lo olvidemos. Más de uno lo hizo y hoy está viendo cómo recuperarse de ello.

No podemos negar que en la medida en que estas sirvan para conocer el verdadero ser de las personas bienvenido sea. Ahora, si el miedo a lo que decimos en ellas se convierte en una forma de controlarnos o de censurarnos, bueno la película será entonces distinta. Aunque ya esté corriendo.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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