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Devora Kestel, experta en salud mental
Devora Kestel, experta en salud mental
Devora Kestel, experta en salud mental
Estás sentado esperando en una fila y mirás el celular. Estás con tiempos muertos y mirás el celular. Estás comiendo con otra persona y mirás el celular. ¿Qué miramos tanto que nos saca del presente?

Es casi un acto reflejo, no nos damos ni cuenta de lo que está sucediendo. No obstante, muchos de nosotros no estamos presentes cuando deberíamos estarlo. Y nos encontramos mirando aplicaciones que ya vimos hace menos de unos pocos segundos, que ya no tienen contenido nuevo porque lo hemos visto todo. Sí, estamos perdiendo tiempo y sobre todo la capacidad de disfrutar el aquí y ahora.

No es algo nuevo el desafío de disfrutar los momentos, ni tampoco es la culpa de las tecnologías el hecho de que no podamos disfrutarlo. Pero cada vez más se habla sobre la influencia de los dispositivos electrónicos en nuestra incapacidad de vivir el ahora y sobre todo del incremento de la ansiedad.

La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el crecimiento de estas enfermedades en el mundo y cómo cada vez serán más frecuentes. Sin embargo, a pesar de lo que estas enfermedades significan para el mundo, los presupuestos mundiales para atacarlas son bajos.

Devora Kestel, Nombrada directora de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud, así lo manifiesta en una entrevista para el sitio de noticias Infobae.com: “A nivel global, el promedio del presupuesto de salud destinado a la salud mental es de un 2 %, un porcentaje realmente miserable que suele ser todavía menor en países de bajos ingresos. Pero es peor aún, el 80 % de ese presupuesto va a hospitales psiquiátricos, instituciones que brindan un mal servicio –sobre todo por la constante violación a los derechos humanos– a poca población. Son lugares caros y excesivamente grandes, muchos de los cuales tienen más personal que pacientes porque deben mantener la estructura”.

No se trata sólo de la depresión y la ansiedad, sino que son muchas las enfermedades de salud mental que no son atendidas como deberían como el alcoholismo, intentos de suicidio, entre otras. Es una asignatura pendiente en muchos países, incluso en los más desarrollados.

A su vez, la existencia de ciertas aplicaciones no están contribuyendo a frenar esto que algunos llaman epidemia de ansiedad y depresión que está afectando incluso a los más chicos. No es por tanto casual que Instagram, una de las redes sociales más populares a nivel global, haya anunciado que sacará los me gusta para reducir el nivel de ansiedad de sus usuarios.

El tema está sobre la mesa. Si nos miramos a nosotros mismos y nuestros comportamientos veremos que efectivamente algo en nosotros está cambiando. Y esa ansiedad a muchos nos está llegando. ¿Qué haremos para combatirla? El reconocimiento de su existencia puede que para muchos sea nuestro primer paso.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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