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El gobierno aplica la
El gobierno aplica la "fórmula" de Kicillof
El gobierno aplica la
A un peronismo que se quedó sin ideas, se le quemaron todos los papeles


El gobierno nacional acaba de presentar un proyecto de ley para crear Comités Mixtos -en Seguridad, Salud, Medioambiente y Prevención de riesgos de trabajo- en todas aquellas empresas cuya dotación supere las 100 personas. Tal iniciativa, promovida por el presidente Alberto Fernández, constituye una clara injerencia del Estado y de los gremios, los que también manifestaron abiertamente su apoyo al proyecto, en la vida de las empresas privadas.

En un momento crucial en el que se necesita que el sector privado recupere protagonismo en el proceso de creación de empleo, otra vez se lo vuelve a maltratar, retroalimentando así un círculo vicioso que se proyecta como casi imposible de detener.

El gobierno se excusa con que la norma propuesta cumple con los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo, pero se olvida que este organismo se ocupa de diseñar y proponer políticas para economías que funcionan más o menos normalmente. Ese no es precisamente el caso de la economía argentina.

Por estos días, y desde hace ya mucho tiempo, la economía argentina continua a la deriva, sin plan y sin timón. Salvo empleo público, no se generan puestos de empleo desde hace más de diez años, en un contexto de alta inflación, 50% este año que promete ser 60% o más el próximo, escasa inversión -por no decir nula-, e indicadores de pobreza escandalosos. Mientras tanto, el gobierno elije esconderse detrás de la pandemia y de la gestión de la administración anterior para maquillar su pobre gestión, aun cuando el electorado ya le ha hecho saber con su voto que conoce al culpable directo del mal momento que estamos viviendo.

El gobierno de Alberto y Cristina parece ignorar también los malos resultados que tuvo la gestión de Kicillof como Ministro de Economía durante la última presidencia de Cristina, e insiste con la fórmula del ahora gobernador de Buenos Aires. Esa fórmula, muy simple, es cerrar el déficit aumentando la presión impositiva, que ahoga los sectores más productivos de la economía, y si no alcanza, imprimiendo pesos mientras se baten todos los récords de emisión.

Con las arcas vacías, con un gobierno que ya se apropió de cuanta caja disponible había, un modelo agotado lleva entonces a una inflación desenfrenada, que termina pauperizando a todas las clases sociales, y con el próximo objetivo de aniquilamiento de lo poco que queda de la clase media.

Un gobierno sin respuestas, sin capacidad de reacción, apuesta ahora a dar vuelta una elección sin saber cómo será el día después. Está claro que el escenario de ¨a los tumbos hacia adelante¨ está terminado. Lo que vendrá después tendrá que ser un programa ordenado, que cuente con el apoyo del Fondo y permita revertir expectativas extremadamente negativas, o un escenario de características explosivas, con caída de actividad aún más pronunciada, inflación aún más alta, y mucha más pobreza. El peronismo, que siempre se las ha arreglado para que el ajuste lo haga otro, parece que esta vez se quedó sin alternativas. Se viene el ajuste, o por las buenas, o por las malas, y mucho más temprano que más tarde.

Esto del modelo agotado no es verso sino una realidad que no solo le duele al peronismo sino también a todo el resto de los argentinos. Pobre de nosotros.
Fuente: El Entre Ríos

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