De allí que sentenciosamente pretendía, al hablar de ellos, hacerlo con sentencias que tan solo sonaban graciosas, porque en realidad eran malévolas, como aquella que refiriéndose a nuestro don Juan Bautista, señala que “Alberdi dijo que ´gobernar es poblar´ y se quedó soltero”.
Pero nuestros ilustres muertos que se homenajean este mes no resultan para nada conflictivos. No lo fue Manuel Belgrano que, entre los motivos que lo vuelven expectable, es haber muerto pobre por haberlo dado todo por la Patria, habiendo nacido rico, y a quien se lo recuerda -eso de recordarlo suena a una manera de decir- el próximo miércoles 20.
Tendremos en cambio poca oportunidad para acordarnos de Juan Martín de Güemes, a quien se lo homenajea en el día de su fallecimiento, conmemoración escondida detrás de lo que se ha bautizado como el Día Nacional de la Libertad, porque el 17 de junio cae esta vez en un domingo, y lo que entonces va a pasar en Rusia nos tiene a todos sobre ascuas.
En fin, no tendremos “fin de semana largo”. No solo porque no se puede salir a pasear todos los meses, y a veces por partida doble, ya que la plata no da para todo y, por sobre todo, porque bien nos merecemos tener los fines de semana enteritos, para quedarnos en casa y descansar un poco.
Sobre todo que los días de semana están llenos de paros y piquetes que dejan agotados a los que participan en ellos y de rebote a los que intentan ir y volver del trabajo.
Alguien me habló que sería bueno contar con una agenda en la que estén marcados todos los fines de semana largo. A mí me parece más sencillo y corto confeccionar una con los días en que de verdad se trabaja.
