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Marizza, hombre clave de la obra pública
Marizza, hombre clave de la obra pública
Marizza, hombre clave de la obra pública
Por años la constructora paranaense Luis Losi ha sido un participante importante en la obra pública provincial y nacional, así que a nadie le sorprendió que fuera una de las empresas mencionadas en la declaración del ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner. Declarando como arrepentido, el empresario explicó cómo se ¨cartelizó¨ la obra pública durante el gobierno de los Kirchner y cuáles fueron los principales beneficiarios de este proceder irregular y nefasto.

Argentina ha practicado un capitalismo prebendario, “de amigos” le dicen otros, por décadas, pero se volvió casi una práctica religiosa en los tiempos del matrimonio, sobre todo en ciertas áreas estratégicas, como energía, obra pública y transporte. Luis Losi, en la figura de su gerente y yerno del fundador, Carlos Galuccio, entendió cómo era ese juego y así la empresa pudo participar activamente de lo que en Brasil se dio por llamar “el mecanismo”, una estafa en gran escala a los pobres contribuyentes pergeñada en complicidad con el poder de turno. La aceitada relación de Losi con el gobierno anterior, seguramente ayudó para que Urribarri conociera al hermano de Carlos, Miguel, y se lo presentara a Cristina Kirchner para que a la postre esta terminara nombrándolo CEO de la compañía pública más grande de Argentina, YPF.

Aunque no hay mención de Miguel Galuccio y de YPF en los cuadernos Gloria, mucho se comenta en los corrillos del sector petrolero los múltiples negocios que Schlumberger, empresa de energía internacional y anterior empleador de Miguel, habría realizado durante los días que aquel condujo la empresa. Eyectado de la escena local a tiempo con destino a Londres, Miguel Galuccio hoy gestiona la petrolera Vista Oil, salida recientemente a la bolsa en México, mientras busca negocios en Buenos Aires.

Así como los hermanos Galuccio, son muchos otros los empresarios que han sabido aprovecharse de cierta destreza para vincularse con políticos exitosos y con poder, para luego ofrecer sus servicios y terminar pactando con ellos, ya sea a nivel de sus empresas o a título personal. Claro, nunca gratis. Y más claro aún, siempre a expensas del pobre pagador de impuestos. En Entre Ríos este tipo de prácticas, bien longevas, fueron llevadas al máximo de la sofisticación con Urribarri, quien se ocupó de atender y gestionar -de la mano de un grupo de incondicionales- casi todos los ¨kioscos¨ qué subsistían dentro del estado provincial. Pero, de nuevo, fue con la obra pública donde se hicieron los mejores y mayores negocios, y lo que permitió que apellidos como Marizza y Pietroboni, además de los nombrados más arriba, se volvieran muy conocidos por todos nosotros.

Si la provincia de Entre Ríos fue sometida a un robo y a un desfalco permanente, no hay nadie en esta provincia que pueda pensar que Urribarri no lo sabía. Y lo mismo puede decirse de lo que pasó a nivel nacional, con el gran atraco al que fue sometido el estado, perpetrado por los Kirchner y sus acólitos. Sinceramente resulta hasta candoroso que hoy todavía haya gente, como por ejemplo el dirigente piquetero amigo del Papa Francisco -Juan Grabois- que crea que se pueda perpetrar tamaño desfalco sin la autorización o venia de la autoridad máxima.

Conociendo a Néstor y a Cristina, -y como seguramente fue en el caso de Urribarri-, no hay forma de que estos no hayan sido partícipes necesarios. Y si no lo hubiera sabido, como se especula en el caso de Cristina Kirchner, la pregunta que cabe hacerse es que clase de inoperante teníamos como gobernante considerando que sus funcionarios se llevaron a sus casas lo que se estima fueron unos 36 mil millones de dólares en diez años y sin que ella siquiera tomara conciencia.

Es que en todo esto no hay ninguna inocencia o ingenuidad. Imposible para ninguno de los involucrados decir que no sabían o que en todo caso fue un pecado menor, el de pedir contribuciones para las campañas electorales como se viene diciendo respecto del escándalo de los cuadernos Gloria. Un esquema de robo sistemático a las arcas del estado ha quedado a la luz, repetido hasta el cansancio en nación, provincias y municipios. Y como en el tango, se ha tenido que bailar de a dos, funcionarios por un lado y empresarios por el otro.

Hoy, tenemos que asegurarnos de que toda esta historia de robos y traiciones no se repita nunca más. Y, conscientes de nuestras limitaciones institucionales y de nuestros pocos recursos, redoblar el esfuerzo en la provincia para que todo esto que vino pasando, y que no sabemos si todavía hoy pasa, deje de hacerlo para siempre. Esto se logra solo con un mayor y mejor control institucional más el aporte de ciudadanos de a pie y de una prensa independiente y seria como la que hoy no existe. Que todos los nombrados estén en la picota es solo un comienzo, pero un comienzo al fin. Ya es tiempo de que la justicia investigue, también aquí y ahora.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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