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No digo que las peras sean las frutas más ricas, porque debemos estar de acuerdo en que no hay fruta que no lo sea, pero de cualquier manera es de las que me gustan más.

Claro está que con el grado de madurez correcto, que no es igual en todos los casos, ya que por dar un ejemplo en mi modesto parecer la mandarina criolla es más rica cuando todavía su cáscara no ha terminado de amarillar. Las peras, en cambio, las prefiero bien maduras casi cuando en su piel amarilla aparecen amenazantes lunarcitos marrones, señal que para comerlas no se puede esperar. Odio aquellas que uno las compra verdes creyendo las promesas del frutero de que todavía están duras, pero que pronto se las podrá comer. Promesa que termina en un fiasco, ya que las peras siguen con su piel verdosa y su pulpa compacta y sin jugo, hasta que se empiece a podrir.

La verdad es que no sé en qué pensé primero, si en Nicolás Maduro o en las malditas peras que acabo de mencionar, algo que en realidad no viene al caso, ya que la pregunta que me hago es si alguna vez Maduro va a empezar a madurar. O si en realidad está tan maduro que puede llegar a pasarse de tanto madurar. O si en realidad eso es lo que ha ocurrido, que ya se ha pasado de maduro y también de listo, algo que vendría a ser señal que todo para él se ha convertido en un estropicio. De otra forma no se explica que haya decretado de aquí en más todos los viernes como no laborables, de manera que los venezolanos tengan los fines de semana largos de tres días y puedan descansar desde el 12 de abril pasado y durante todo el mes de mayo. La pregunta es por qué es solo para abril y mayo y no para todo el año, o para todos los años que dure el madurazo.

Lo que pasa es que no se hace otra cosa que vestir de derechos sociales bolivarianos temporarios, lo que es en realidad un fracaso suyo, por estar Venezuela en emergencia eléctrica, luego del gran apagón que dejó a toda la Nación a obscuras y sin agua potable, problema que Maduro, fácil de palabra, prometió solucionar en un mes, y ahora son dos al agregarse mayo, lo que lleva a sospechar que la cosa va para largo.

Se indica que el beneficio es solo para los empleados públicos, y que no alcanza a los privados, ya que a ellos calladitos los está enviando en camadas que se han vuelto oleadas sucesivas a vacaciones forzadas y gratuitas, más gratuitas que las habituales porque es necesario el sueldo de un mes para poder pagar una comida completa, ya que las empresas, en el caso de tener luz, cosa que se ve problemática, no cuentan con la materia prima sin la cual tampoco pueden funcionar.

¿Habrá quien quede en Venezuela que sea tan crédulo como para tragarse semejante engaño? Por lo visto no han de ser pocos, si existe una cantidad que lo sigue votando, y en nuestra Patria grande, como la llaman a quienes les gusta buscar la manera de empobrecerla, hay unos cuantos que también lo siguen apoyando, aunque según parece con un timbre de voz cada vez más bajo.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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