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El Mercosur cumplió 30 años el pasado viernes. Al igual que al momento de su creación, los países que pertenecen al bloque tienen demasiados desafíos, urgencias y aspiraciones. Los jefes de estado aprovecharon la ocasión para expresar, en un encuentro virtual, qué es lo que esperan de este bloque. Los objetivos difieren. Los medios para cumplir con estos objetivos, también. El Mercosur es hoy una zona caliente, y su despegue depende de cómo cooperan las partes y de cómo solucionan sus cuestiones puertas adentro.
Uruguay
El Presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y el Presidente argentino, Alberto Fernández, protagonizaron un polémico cruce durante el encuentro que se llevó a cabo el último viernes. Si bien se trató más de un desentendimiento que de otra cosa, están a la vista los disentimientos.

En una conversación con el El Entre Ríos, el sociólogo y director de la consultora política uruguaya Factum, Eduardo Bottinelli, comentaba brevemente las principales preocupaciones de los uruguayos y los planteos que hacen los dirigentes del país vecino con relación al Mercosur.

Bottinelli contaba que, antes de la pandemia, uno de elementos centrales en la opinión pública y en las discusiones políticas era el tema de la seguridad pública. La inseguridad fue uno de los ejes en las campañas presidenciales de 2019 y dominaba la escena. Ni el empleo, ni los precios, ni los salarios definían tanto el voto como ocurre aquí en Argentina, donde la economía surfea un tsunami desde hace rato.

La pandemia cambió el panorama. Los efectos adversos en materia económica les llegaron a todos, y Uruguay no fue la excepción. Por lo pronto, sabemos que la temporada de verano, que mueve millones de dólares cada año, fue afectada por las restricciones impuestas a los extranjeros que suelen hacer turismo allí. Más allá de las anécdotas o los casos particulares, lo que importa aquí es entender que el eje de la cosa pública se corrió mucho más hacia el lado de la economía y el de la salud.

Uruguay es un país pequeño, pero con un potencial interesante. Para afrontar los problemas actuales, marcados por los obstáculos que impone la pandemia, y para afrontar el día después de la crisis, el Mercosur podría ser esencial para que sea un mercado atractivo. En este sentido, Bottinelli explicaba que Uruguay plantea una redefinición de las reglamentaciones del bloque, que permita avanzar con acuerdos bilaterales. El punto es que tanto Brasil como Argentina, Paraguay o Uruguay van a velocidades diferentes y a veces requieren tener tratados por fuera de los acuerdos actuales para poder aprovechar oportunidades de crecimiento.

Entonces, ¿qué quiere decir Lacalle Pou cuando dice que el Mercosur no puede ser un lastre? Básicamente, que es un bloque importante a nivel internacional y necesario para la región, pero que no puede ser un obstáculo para que los países que lo componen generen nuevos acuerdos. Esto implica, lógicamente, hacer un pedido para flexibilizar las reglas, pero dista de ser una chicana barata.

Como todos, y a pesar de su peculiar estabilidad en comparación con los demás miembros, Uruguay tiene (nuevos) desafíos, nuevos obstáculos difíciles de sobrepasar y objetivos diplomáticos que le llevara tiempo cumplir.
Brasil
Brasil es la apoteosis del escándalo político. De vez en cuando, hace que la Argentina parezca un país serio. Más bien, pelean por el primer puesto.

La situación sanitaria acaparó la atención de todo el mundo en estas semanas: exagerado o no por los medios de comunicación, infladas o no las estadísticas, sean o no más letales las nuevas variantes del coronavirus, el asunto es llamativo. Más del 10% de las muertes por coronavirus son registradas en Brasil. Por otra parte, las imágenes de los hospitales y las estadísticas muestran que han debido internar a mucha gente que no pertenece a grupos de riesgo. La falta de coordinación entre el poder nacional y los poderes estaduales, la necesidad de cuidar el aparato económico y las claras deficiencias que acarreaba el gigante sudamericano de antemano en términos de salud pública, llevaron a que le fuese más difícil que al resto manejar la situación. La esperanza, como en casi todos los rincones del planeta, radica en el plan de vacunación, que se encuentra a la espera de más dosis.

El lado más oscuro de toda esta historieta es que los problemas sanitarios vienen de la mano con serios problemas políticos. En lo que va de 2021, renunciaron o fueron destituidos el presidente de Petrobras, el presidente de Eletrobras, el presidente del Banco do Brasil, el Presidente del IBGE, los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa y Salud. Ayer, la cúpula militar, es decir, los jefes de la marina.

¿Cómo entender estos cambios dirigenciales? Por un lado, algunas de estas salidas se vinculan a algunos problemas económicos/financieros que ha tenido el país en las últimas semanas, que llevaron a Bolsonaro a removerlos del cargo para que asumiese alguien que cooperase mejor con él. Por otro lado, hubo una serie de cambios vinculados a la estrategia política del presidente, quien removió -o dejó que removiesen- a algunos dirigentes del ala más dura, como Ernesto Araújo, para dar señales de moderación. Otros abandonaron el cargo como gesto de solidaridad con alguno de los destituidos.

El Presidente Bolsonaro tiene que lidiar con los deseos de juicio político de parte de la oposición, con las presiones y cambios en la coalición que lo llevó al poder, con los vaivenes económicos y con los desafíos sanitarios. Todo indica que tiene una parada muy difícil, que necesita de algún logro o respiro y que deberá manejar con astucia la situación para poder salir airoso.

Claro está, las preocupaciones puertas adentro hicieron que posponga al Mercosur en su agenda. Pero para Bolsonaro, o mejor dicho Brasil, no es un problema: siendo el pilar principal del bloque, puede llevar la batuta e impulsar cambios cuando le parezca conveniente, además de apaciguar las posiciones contrarias a sus objetivos. Veremos…
Paraguay, Bolivia y Argentina
Uruguay fue el país que más revuelo causó en el encuentro de los jefes de estado. Brasil, el más importante del bloque, uno de los más problemáticos y vital para el funcionamiento de nuestra economía ¿Qué ocurre con Paraguay y Bolivia?

Hace poco hablamos de lo que pasa en Paraguay. Inestabilidad política, crisis sanitaria (una constante en el país guaraní) e incertidumbre. Manifestaciones violentas, renuncias de ministros, rosca política, hospitales que colapsan desde hace años -los brotes de dengue ya hacían estragos allí- y miles de promesas incumplidas. Los problemas de corrupción, de desmanejos en la administración pública y las internas en el Partido Colorado encuentran oposición y pedidos de renuncia, pero de manera descoordinada.

Sea como fuere, y más allá de si el sistema político finalmente cambia, al igual que ciertas medidas económicas, el Mercosur es vital para todos los paraguayos y para cualquiera que gobierne el país. Con el bloque, Paraguay gana mucha relevancia en el comercio internacional y logra conseguir varios socios para exportar lo que allí se produce. En consecuencia, y más allá de pensar en las reglamentaciones internas o los tratados bilaterales, el punto en el que insiste es el de una mayor integración (que, a su vez, significa mayores oportunidades de crecimiento).

Bolivia superó una difícil crisis política en 2020. Más allá de la crisis económica, los cambios y polémicas a nivel interno (entre ellas, el pedido de encarcelación de Jeanine Añez) y los problemas en términos sanitarios, lo que importa es que es un estado en proceso de adhesión definitiva para convertirse en miembro pleno. Por su economía de escala, sus recursos y su geolocalización, el país andino precisa como pocos otros formar parte de un bloque comercial y político como el Mercosur.

Para el cierre, queda Argentina. A diferencia del 20mo. aniversario, el kirchnerismo no cuenta con muchos de sus aliados de la nueva izquierda al mando de los poderes ejecutivos de los demás miembros. De todas formas, se las arregla a nivel regional apoyando a sus aliados internacionales. Además de mantenerse cercana a Lula da Silva (absuelto de sus causas judiciales vinculadas al Lava Jato) o a José “Pepe” Mujica, la coalición gobernante actúa en favor de la adhesión definitiva de Bolivia al bloque (hoy gobernada por el MAS de Evo Morales y Luis Arce) y reafirma su alineamiento con el chavismo mediante acciones significativas, como la salida de nuestro país del Grupo de Lima.

Hay varias zonas calientes o en crisis en todo el mundo. El Mercosur, o Sudamérica en general, es una de ellas. La sensación de que siempre algo malo puede pasar no se pierde. La astucia, la cooperación y la resistencia para superar tormentas como la pandemia indicarán si, finalmente, el bloque puede explotar todo su potencial.
Fuente: El Entre Ríos

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