Así ha ocurrido con muchos de los Legajos que se iniciaron a posteriori. Algunos tuvieron condenas en menos de 30 días, algo impensado para cualquier mortal argentino años atrás. Pero con la investigación que se inició el 19 de julio del 2013 ha ocurrido algo llamativo, porque a casi tres años del hecho todavía no se ha llamado a debate, pese a estar todo listo para que eso ocurra.
Remitido al juzgado de Vasallo
El 2 de julio de 2014, el Juzgado de Garantías interviniente le remitió al juez de Familia y Penal de Niños y Adolescentes, Héctor Vasallo, el Legajo Nº 3177/2013, caratulado "Farabello, Mario Ricardo s/su muerte" para que dispusiera la fecha para la realización del debate que se realizará bajo su órbita, por tratarse la imputada de una menor de edad al momento de los hechos.
Cuando se consultó al magistrado, en diciembre de 2014, Vasallo manifestó que todavía no había fijado una fecha, pero que era muy probable que lo hiciera en los días cercanos, porque era su intención realizar el debate pasado el receso de verano, es decir en febrero de 2015.
Pero la burocracia judicial y la cantidad de causas que se tramitan por el Juzgado de Familia y Penal de Menores provocaron el retraso del debate. En esa misma ocasión, Vassallo explicó que el gran número de testigos que fueron propuestos para testimoniar obligará a que el juicio se extienda varias semanas.
El Ministerio Público Fiscal también mostró su preocupación por el tiempo transcurrido. En un oficio que fue recibido por el Juzgado de Menores en septiembre del 2014, el fiscal Martín Gil le solicitó a Vasallo apresurar los tiempos y citó que "existe ya un límite temporal para la fijación del debate que está precisamente regulado en el artículo 415 última parte del Código Procesal Penal, contando el Tribunal con un plazo no mayor de treinta días para fijar audiencia de debate".
Sin embargo, ni la Fiscalía ni el defensor Alfredo Vitale han sido notificados sobre una fecha cercana a la realización del debate. Por el momento lo único que se sabe al respecto de este futuro juicio es que las audiencias se realizarían en horario vespertino y a puertas cerradas.
En el 2014, hace exactamente dos años, en la Sala de Juicios y Apelaciones de los Tribunales de Gualeguaychú, el Ministerio Público Fiscal presentó una numerosa cantidad de pruebas y la convocatoria de 32 testigos para el juicio, mientras que el defensor Alfredo Vitale y la representante del Ministerio Público Pupilar, que por ese entonces era Emiliana Cozzi, hoy reemplazada por Pablo Ronconi, presentó la sentencia del Tribunal Oral Federal de Paraná del 16 de abril de 2014, donde se condenó a José "Cano" Manzanares y Dardo Campoamor por el delito de Trata de Personas con modalidad de traslado.
La relación de esta causa con el crimen de Mario Farabello es muy estrecha, porque la acusada del homicidio es la misma menor que meses antes fue víctima de la Trata. Es por esto que todo lo que se enjuició en Paraná será expuesto por la defensa de la menor en el juicio en Gualeguaychú y podría incidir directamente en la decisión del magistrado.
La imputada no ha estado presente en ninguna de las audiencias previas respecto a la causa. Hoy tiene 20 años y es muy probable que tampoco lo haga durante el juicio porque "ha sufrido distintos episodios depresivos luego de ocurrido el crimen".
Para tres años
Dicen que el tiempo de la Justicia es la agonía de las víctimas, que en muchos de los casos no pueden cerrar una historia netamente por una cuestión burocrática. Esto podría aplicarse a este caso, que a casi tres años del homicidio que cautivó la opinión pública en aquella época, no tiene un final.
El viernes 19 de julio de 2013, en los albores de los festejos por el Día del Amigo, una joven ensangrentada salió del edificio Torre del Sol, ubicado en Churruarín 58, pidiendo auxilio. Eran las 19, y a pesar del intenso frío, el estado de la menor atrajo la atención de muchas personas que caminaban por 25 de Mayo.
Ella adujo que se había defendido de un supuesto abuso sexual y arriba, en el departamento 5º A, el cuerpo de Mario Farabello, de 67 años, yacía sin vida en medio de un charco de sangre. En la escena se encontró una navaja y un arma de fuego calibre 22. Más tarde se encontró otra arma, dentro de un cajón.
Con el correr de las horas tomó fuerza la hipótesis de un intento de robo como móvil del asesinato. Los investigadores hallaron varios precintos dentro del bolso que llevaba la joven en la oportunidad y otros más, doblados, en la misma habitación donde ocurrió el asesinato.
Paralelamente se supo de manera extraoficial, que en la vivienda una caja fuerte guardaba 167 mil dólares, producto de una venta reciente de un inmueble que habría realizado Farabello. Tras la autopsia se supo que el hombre había muerto a causa de un shock hipovolémico. Había recibido 37 puntazos de arma blanca y un corte en la arteria femoral fue letal.
