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Antonio Vitali (remera a rayas), complicado.
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La investigación por el presunto robo con fines de ventas de armas de los depósitos del Palacio de Justicia sigue su curso a paso firme y la situación del comisario Antonio Vitali se agrava día a día, más aún después de conocerse la acusación de un empleado tribunalicio, en la que reveló que el alto oficial llegó a entregarle unas 250 armas para su venta, del lote de secuestradas y que debían estar en cuidado de las autoridades judiciales.

El caso se inició en febrero de este año y estalló el jueves 5 de mayo último con una decena de allanamientos, se mantuvo bajo un estricto secreto de sumario, instaurado por el Fiscal Ignacio Aramberry, hasta esta semana.

Por esta investigación, llevada adelante por personal de la División Robos y Hurtos de la Policía de Entre Ríos, se hallan imputados el perito del Superior Tribunal de Justicia, licenciado Antonio Vitali, los empleados judiciales Maximiliano Bertoni y Fabricio Santapaola y otras personas ajenas a Tribunales, de apellidos Borgogno, López Alonso, y dos personas de apellidos Brites (padre e hijo) como parte de la cadena de contactos para supuestamente comercializar las armas que salían de depósitos oficiales.

Acusación: así operaba Vitali

Trascendió la declaración que, como imputado por los delitos de "Peculado Reiterado en Grado de Participación Necesaria y en Concurso Real con Provisión Ilegal de Armas de Fuego, Agravada por Habitualidad en Grado de Coautoría", realizó Maximiliano Bertoni, empleado judicial del Departamento Médico Forense, acusado de comercializar las armas que comenzaban a faltar y de mantener contactos con gente del hampa, como eslabones en la cadena de comercialización.

Si bien en las escuchas telefónicas no surgió nunca el nombre del también imputado perito balístico del Superior Tribunal de Justicia, y solo se mencionaba a alguien a quien apodaban "El Viejo", Bertoni se encargó de aclarar que ese hombre era nada más y nada menos que el profesional en el cual recaía la confianza de toda la Justicia entrerriana para la realización de exhaustivos peritajes balísticos.

"Ante todo, yo declaro, pero quiero seguridad para mi familia y para mí. Las armas me las entregaba Vitali en Tribunales, en zonas aledañas y en su casa", describió y aseguró que "esto comenzó hace cuatro años más o menos. El nunca me dijo que eran efectos (secuestrados). Me dio como 250 armas más o menos, siempre me decía "me las trae un amigo de La Paz o de Nogoyá".

Reiteró que "nunca me dijo puntualmente quien era ni que eran secuestradas", expresa Bertoni en su declaración indagatoria. Él me decía el precio. Él me daba las armas y yo se las daba a Borgogno o a Mario (López Alonso) y ahí ya no sé cómo se manejaban", explicó.

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El Viejo que es mencionado en los audios es Vitali, aseguró Bertoni. Agrandar imagen
El Viejo que es mencionado en los audios es Vitali, aseguró Bertoni.
Detalló que, "respecto al dinero, yo le daba tres armas, por ejemplo, por quince mil y él me tenía que dar quince mil (por el comprador) y yo se lo daba a Vitali. No sé a cuanto las vendía Borgogno. Nunca imaginé que las armas salían de la sala de efectos secuestrados", declaró, según la nota del periodista Mauricio Antematten.

Explicó, más adelante, que "yo no llevaba armas a mi casa. Por ahí tuve que poner plata yo y lo seguía haciendo, pero intenté salir y no sé. Yo era un nexo, yo no cobraba. Vitali me daba las armas, me decía un precio, yo las entregaba a Borgogno y variaban los precios. Por ejemplo, un 32 salía entre 1.500 y 2.000 pesos, una Mágnum valía entre 2.500 y 3.000 pesos", precisó.

Aseguró que "por ahí le decían a Vitali que necesitaban una caja de balas y él llamaba a Casa Gazzano (Armería La Nueva) y yo iba y retiraba, y no me pedían ningún tipo de documentación. Quedaban anotadas en la boleta como que eran para Vitali y yo les pagaba las municiones a él", acusó.

Insistió que "Vitali se comunicaba con la armería, me daban una boleta que se la entregaba a Vitali y esa boleta estaba a nombre del Poder Judicial. A veces iba caminando, a veces en mi auto y a veces en la morguera (camioneta del departamento médico forense de Tribunales) iba con Ramírez, el chofer, pero él no sabía nada de esto", declaró.

Bertoni explicó, en su indagatoria, que "yo hablaba poco por teléfono con Vitali, me mandaba mensajes de texto, o me decía "vení ya tengo algo", "vení, hay algo", o me decía "vení para abajo", (en relación al subsuelo donde están ubicados los depósitos). A las armas hacía referencia diciendo "tengo unos lechones" y yo le contestaba "salí". También por las armas me decía "tengo algo" y a las municiones él las mencionaba como "confites", expresó.

Cientos de miles de pesos

Admitió, haciendo un racconto de los negociados en los cuatro años de mención entregando armas por dinero, que "aproximadamente le entregué a Vitali entre 150.000 y 180.000 pesos. Una vez le entregué 50.000 de una sola vez. Hace cuatro años las armas estaban valiendo más o menos los que están valiendo ahora", detalló.

El imputado recordó que su mujer se había enterado de esos negocios hace algunos años. "se enteró de que yo me dedicaba a hacer esto, fue hace como tres años y casi nos separamos por eso. Ella me hizo un problema porque no quería armas en casa y porque teníamos un hijo chiquito", expresó.

Declaró que "el día que me allanaron, a la mañana, Vitali me mandó un mensaje diciendo "¿y la plata?", haciendo referencia a un paquete que me había dado y que yo le había entregado a Borgogno y que este estaba tratando de vender. Yo le contesté que a la tarde pasaba por su casa. Yo no tenía la plata, pero le iba a llevar de mi plata, porque sino, él se ponía denso y pesado y decía que era plata que le estaban reclamando".

"El Viejo" es Vitali

En relación a las escuchas telefónicas, se advierte que Bertoni no hace alusión al apellido Vitali, sino que sobre él solo habla de "El Viejo". "En las comunicaciones me refería a Vitali como "El Viejo", admitió el imputado, diciendo que si no le pasaban la plata "El Viejo" se iba a enojar.

En su declaración, Maximiliano Bertoni dejó en claro que "yo sé que Vitali fue funcionario policial antes. Yo tengo miedo porque sé que él tiene contactos. Lo sé porque él llamaba por teléfono y se hacía sacar multas. Yo lo escuchaba hablar y me daba esa sensación. Una vez, en el 2014, en la entrada de Crespo me hicieron una multa porque me había olvidado el carné. Lo llamé a Vitali y le pasé el teléfono y me evité la multa dándole 100 pesos al de la Policía".
Fuente: El Diario de Paraná.

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