De un lado y del otro
La concejal Vanesa Bouvet (bloque peronista 17 de Octubre) solicitó el tratamiento sobre tablas, y si bien el oficialismo acompañó el pedido con su voto, abrieron el juego a un debate que se inició con el discurso de Elena Acosta (bloque vecinalista Todos por Colón). “Negar el estado en que se encontraba el municipio en el momento que asumimos, no solo es negar una realidad imposible de ocultar, sino que raya el cinismo”.“No hablemos solo de las arcas municipales, prácticamente vacías, con muchos compromisos a asumir al día que se hizo el cambio de mando, aun sin mencionar que en esos días el intendente saliente había obsequiado a los empleados un bono, en un acto total de irresponsabilidad, conociendo exactamente la situación en que dejaba todo al momento de irse”.
“La corrupción no solo se demuestra con un balance de números, se demuestra en todo el tiempo y dinero desperdiciado y mal gastado para beneficio de algunos, generalmente cercanos al poder gobernante en el momento”.
“Tal vez la ventaja de vivir en un pueblo chico hace que eso quede en total evidencia, cuando vemos que en unos pocos años el patrimonio de varios exfuncionarios creció de manera inexplicable”, sostuvo entre otras cosas.
A la palabra de Acosta siguieron las de Mauro Godein y Belén Padilla, por parte del oficialismo, y las de Martín Medina y Vanesa Bouvet por parte de la oposición.
“Lo llamativo es que con todas las pruebas que tiene la concejal Acosta y con todo lo dicho por el concejal Godein, habiendo transcurrido un año y tres meses del inicio de esta gestión, ni siquiera se haya iniciado una auditoria ni ningún tipo de denuncia”, sostuvo Medina, quien formó parte del gobierno de Mariano Rebord.
Y agregó: “Quizá con una auditoría el presidente municipal José Luis Walser podría llegar a perder el único latiguillo que tiene y quedaría en evidencia la falta de gestión e inoperancia de este grupo político que hoy lleva adelante la administración municipal“.
El discurso de Elena Acosta
Según Hernández Gómez (2018), la corrupción se define como «toda violación o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta».No hay una sola clase de corrupción, por acción o por omisión de los deberes institucionales de quien debía procurar la realización de los fines, dice la definición. Negar el estado en que se encontraba el municipio en el momento que asumimos, no solo es negar una realidad imposible de ocultar, sino que raya el cinismo.
No hablemos solo de las arcas municipales, prácticamente vacías, con muchos compromisos a asumir al día que se hizo el cambio de mando, aun sin mencionar que en esos días el intendente saliente había obsequiado a los empleados un bono, en un acto total de irresponsabilidad, conociendo exactamente la situación en que dejaba todo al momento de irse.
Hablemos de edificios públicos en total estado de abandono, sin infraestructura de ninguna clase y sin equipamiento necesario para trabajar.
Parque automotor totalmente destruido solo por dejadez, falta de controles y sin dudas, falta de respeto a toda la ciudadanía que con sus impuestos sostenían y sostienen el estado municipal.
Espacios públicos en total estado de deterioro, playas, parques, plazas. El vivero municipal, las sedes barriales y ni hablar un barrio metido entre medio de un volcadero a cielo abierto y las piletas de decantación, ocasionando a la población gravísimos problemas de salud.
Situación que aun no hemos podido sanear y trabajamos día a día para lograr.
La corrupción no solo se demuestra con un balance de números, se demuestra en todo el tiempo y dinero desperdiciado y mal gastado para beneficio de algunos, generalmente cercanos al poder gobernante en el momento.
Esto es solo por mencionar algunos ejemplos, luego de gobernar 8 años de modo ininterrumpido la ciudad.
Tal vez la ventaja de vivir en un pueblo chico hace que eso quede en total evidencia, cuando vemos que en unos pocos años el patrimonio de varios exfuncionarios creció de manera inexplicable. Lo bueno de vivir en época de redes sociales es que muchas de estas cosas han quedado expuestas, sobre todo por los vecinos.
Tal como mencioné el otro día, celebro profundamente la repentina preocupación de cierto sector de nuestra política por la transparencia y las cuentas claras, ya que durante demasiados años, fue un tema totalmente secundario.
Celebro también que estemos ante algo sin precedente, ya que luego de más de 30 años de gobiernos del mismo color político, que incluyen 12 del actual diputado, finalmente podamos ponernos de acuerdo en que la corrupción solo trajo a nuestra ciudad atraso, desigualdad, desidia y abandono.
Tomando todo esto, nos hemos puesto a trabajar desde el día uno, sin descanso, porque sabemos de la enorme deuda que el sector público tiene para con nuestra ciudad, en ese camino venimos y lo seguiremos transitando con aciertos y errores, pero con la convicción de que es el correcto.
