En un primer párrafo, la entidad resalta que “el problema de la movilidad debe estudiarse desde una mirada sistémica, donde el todo nos es la mera suma de las partes”.
Alude luego a “un cuerpo teórico-práctico” que impulsa, desde el urbanismo y la planificación de ciudades, los “proyectos que alientan la disminución del uso del transporte automotor en la movilidad urbana y periurbana”, pero enseguida el Colegio de Arquitectos da a entender que más allá de esas consideraciones conceptuales, no se haya “en condiciones de evaluar la pertinencia del proyecto que se ejecuta en Concordia en particular”.
A renglón seguido, sugiere el camino de la búsqueda de consensos: “Proyectos que involucran la modificación de parámetros culturales deben de profundizar y optimizar los mecanismos de estudio, organización y difusión a fin de conseguir la mayor cantidad de consensos a la hora de su implementación, buscando la mayor adhesión posible a los objetivos”.
Insinúa más adelante que la entidad carece de una información completa sobre las obras emprendidas y especialmente sobre el “Plan de Movilidad” en el cual deberían estar insertas. Es allí donde expresa: “Resulta necesario tener otros elementos, principalmente conocer profundamente el plan de movilidad, que deberá abordar no solo la implementación de la ciclo vía, sino también otros modos de transporte, como el transporte público y privado, el peatonal y la interconectividad entre ellos entre otros aspectos”.
Por último, destacan que “desde el 2022, en el marco del IET (Instituto de Estudios Territoriales) promovido por el Colegio de Arquitectos, “trabajamos y participamos, como lo hiciéramos en la revisión del Código Urbano y Territorial (COUT), para brindar a la comunidad un espacio donde problematizar proyectos de escala urbana que tiendan a la creación de un entorno urbano sostenible y de calidad para todos los ciudadanos”.
