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En el Departamento y el resto de la provincia, casi el 50% de la producción de soja y maíz está perdida. Los ruralistas intentan minimizar los costos destinandos a la producción incompleta, para alimentar al ganado. Piden que se declare la emergencia agraria en la provincia y en el país. “El 90% del departamento de Gualeguaychú y las zonas aledañas atraviesan una sequía muy pronunciada, con rendimientos en los lotes de soja que observan mermas de hasta el 50%. Estimamos que sólo se podrán obtener unos 1200 kilos, cuando se necesitan 2300 para salir empatados”, había sostenido el ingeniero agrónomo Luis Otto hace menos de una semana, en referencia a la grave situación que están viviendo los productores rurales ante la falta de lluvias este verano.

Este panorama se acrecienta todos los días y los números comienzan a ser una realidad: el presidente de la filial local de la Federación Agraria Argentina, Matías Martiarena, señaló ayer que la situación por la sequía es dramática, que se trataría de la peor en los últimos 70 años y que las pérdidas, a esta altura, ya rondan los cinco mil millones de pesos.

La Bolsa de Cereales de la Provincia de Entre Ríos estimó, en su último informe, en un 47% la pérdida de la producción agrícola, pero este número no es definitivo porque también adelantó que la situación se va agravando: “si en el término de 15 días no tenemos lluvias acorde a lo que demandan los cultivos, será el 60% de la producción la que estará perdida”, advirtieron desde el organismo. “Aunque han caído algunos chaparrones aislados en el sur entrerriano, que trajeron un poco de alivio, la situación jamás dejó de ser crítica: en zonas como “Colonia El Potrero”, durante enero se registraron sólo 7 milímetros”, sostuvo el dirigente, quién enseguida amplió sobre los efectos de la seca, tanto a nivel local como provincial: “La sequía impacta plenamente en los cultivos, pero también en la ganadería y en otras economías, tanto del departamento como de todo el territorio provincial”.

En el foro de competitividad empresarial que se realizó en Paraná, la mesa de enlace provincial pidió que se decrete la emergencia agropecuaria, que no es otra cosa que una solicitud para que los productores posterguen el pago de impuestos y puedan tomar un poco de aire: “Si la emergencia no sale, los productores no están en condiciones de abonar nada. Con suerte, levantarán la mitad de lo estimado, y lo recaudado no alcanza para cubrir los costos. Y si el gobierno provincial declara la emergencia agropecuaria, podríamos acceder en un futuro a la de emergencia nacional agropecuaria”, explicó Martiarena.

En este contexto, hace unos días representantes del agro entrerriano mantuvieron una reunión con el ministro de Agroindustria nacional Luis Miguel Etchevehere para comenzar a abordar soluciones para el problema de la sequía. Y más allá de ver los alicientes que los productores obtendrían ante la declaración de una emergencia nacional agropecuaria, no se decidió nada ni se tomó alguna decisión.

La última emergencia agropecuaria fue declarada durante la campaña 2016-2017, pero esa vez por exceso de lluvias. Esa vez, gracias a las gestiones de la Federación Agraria Argentina (FAA) se alcanzó un pequeño crédito otorgado por el Consejo Federal de Inversiones: “No fue mucho, pero alcanzó para que los tamberos pudieran volver a hacer pasturas que en perdieron por el agua y, en el caso de los agricultores, resembrar lotes que se habían perdido”, recordó.

Martiarena describió a esta sequía como la peor de los último 70 años, y el factor fundamental es que a la falta de precipitaciones se le sumó esta vez una maratón de días con elevadísimas temperaturas, la cual provocó un “stress calórico” a la producción: durante 18 días en diciembre y 22 en enero, el termómetro superó los 32 grados. Y no es que fueron en jornadas esporádicas, sino que fueron durante muchos días consecutivos.

El mapa de la provincia actualmente está completamente en rojo, y los productores ya comenzaron a tomar medidas drásticas para minimizar las pérdidas esta temporada: el maíz que no va a rendir para grano está siendo picado y ensilado para dar alimentos a las vacas, al igual que buena cantidad de la soja plantada, que se está poniendo en rollo para ser utilizada para dar de comer al ganado lechero o de carne.
Fuente: Diario El Día de Gualeguaychú

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