La novedad trajo aparejadas otras, que no dejan de sorprender. Primero, que ni siquiera las autoridades municipales parecen saber con certeza quiénes son los actuales socios propietarios de la firma que lleva más de 3 años explotando un boliche bailable en las instalaciones portuarios. Más aún después de que el "constructor" Miguel Marizza sorprendiera al decirle a El Entre Ríos que "hace más de un año" que salió de la SA. Trascendidos surgidos desde el propio palacio municipal mencionan primero a empresarios bonaerenses y luego a otros uruguayenses que, en una especie de pasamanos, se habrían ido convirtiendo en poseedores de Puerto Príncipe, y todo ello supuestamente sin que en el municipio se den por enterados. En el escenario apareció además un empresario concordiense del rubro alojamientos que oficia de administrador. El intendente Enrique Cresto, en diálogo con El Entre Ríos, precisó que quien hoy es la cara visible de Puerto Príncipe es un hombre de apellido Núñez, propietario de un alojamiento cercano a La Bianca.
En el intento de arrojar luz sobre la propiedad de la firma, El Entre Ríos pidió a Miguel Marizza si podía identificar a la persona a la cual le vendió sus acciones. La respuesta es hizo esperar y recién llegó en horas del mediodía, con un escueto mensaje que dice "Jerónimo Pelascini". ¿Quién es? Ni el propio Enrique Cresto lo sabe, ya que dijo no tener información sobre tal persona.
Pero hay algo no menor grave y que vendría a poner de manifiesto que la firma a la cual el municipio se apresta a "desalojar" hace rato que camina sobre la cornisa y su debilidad económica es extrema. En una base de datos a la que accedió El Entre Ríos, Puerto Príncipe aparece con la calificación "irrecuperable" en la Central de Deudores del Banco Central de la República Argentina.
Sus incumplimientos también son manifiestos en el plano laboral. No ha pagado los aportes patronales y de obra social desde noviembre de 2017.
