Ferrer da clases de teatro en varias escuelas secundarias de Concordia, así como también es coordinador de un espacio en la escuela de la UNER. Es pedagogo y actor.
A continuación, reproducimos la carta que dedicó a los estudiantes:
Comienzo a escribir en medio de un enorme conflicto conmigo mismo, porque tengo un deseo, para ustedes, pero comenzar deseándoles un feliz día me pone un tanto incómodo.
¿Qué otra cosa desearles en su día? Si bien sé que no es el mejor día para ustedes, en este contexto digo.
Felicidad en este "aquí y ahora" no siento, estoy en una terrible lucha contra la tristeza, recordar me trae nostalgia, proyectar hacia el futuro es lo que a mí me importa, a mi como adulto, ¿y entonces?
-Quienes comenzaron salita de 4 no alcanzaron ni a memorizar el nombre de la seño...
-Quienes comenzaron primer grado tienen el guardapolvo colgado en algún lugar, impecables.
-Quienes comenzaron la secundaria todavía no aprendieron a decir: Profe, y tienen muchas seños.
-Quienes empezaron un superior o universitario todavía deben tener puestas sus camperas de promo 19.
-Quienes culminan 6to. Grado, están dejando atrás la posibilidad del campamento, de ese paso principal y pensarse como futuros jóvenes, y sus primeras armas para poner resistencia de abandonar la niñez, de pensar entre pares su futuro en la secundaria, de sus últimas corridas en el patio, de compartir los primeros mates con las personas más grandes, sus últimos pasos en su segundo hogar (o el mejor hogar en muchos casos), y una enciclopedia de posibilidades más no estarían viviendo.
Y me voy a detener en donde creo está enquistado mi conflicto, en quienes culminan el secundario, la "PROMO 2020", sin dudas el sector más afectado de este contexto, de pandemia, de "aislamiento" (de resguardo, prefiero llamarle).
Este grupo de personas, tiene millones de posibilidades que sólo se dan en el vínculo presencial, y no de otra forma, sobre todo en esta ciudad, que tenemos varias tradiciones y folclores irreemplazables: Las elecciones de reyes y reinas en las escuelas, las diferentes estrategias de recaudar dinero (para las carrozas), las fiestas de hinchada (el Ferro), el Galpón de la carroza, quienes se juegan la vida por la promo, las Carrozas y cada desfile con toda la promo junta (quienes hicieron, y quienes "hicieron" que hicieron), esperando todo salga bien y esas lágrimas de felicidad y a veces de decepción, las Serenatas del 20 a la noche, San Carlos el 21 (dolió lo del 2019) El Ferro el 21 y los resultados, que solo conforman a ganadores, porque la verdad es que cada escuela que participa hace un esfuerzo enorme y hay que aceptar el dolor y la bronca de quienes no ganan (y como jurado? Ni les cuento...)
¿Cómo reemplazar semejantes momentos de la vida? Para la carroza, por ejemplo: debatir el proyecto y elegir el tema, cada venta de pizzas o bizcochuelos o tortas fritas, etc., cuando se consigue el acoplado, cuando se suelda el primer hierro, cada noche sin dormir, las jornadas de flores (en el mejor de los casos), manguearle a los viejos-la abuela-el profe-el semáforo-al presidente, pasear con orgullo la ropa llena de engrudo, conseguir hasta el último foco, llegar al primer desfile y ese 10-9-8-7...., y al segundo, y al último, ese último que enseña, y te hace llorar de felicidad y de tristeza, todo junto, y ahí, justo ahí es donde quiero detenerme, porque es lo más parecido a lo que siento ahora, porque es donde quisiera, deseo que estén.
No tengo ninguna respuesta a este momento, o mejor dicho no tengo ninguna certeza, y me surgen preguntas, muchas, y en vez de buscar respuestas para ustedes, sólo espero, y quizá ese sea mi mayor deseo, que ustedes puedan darme esas respuestas algún día. Si antes eran mi orgullo, hoy son mis héroes y mis heroínas, eso son ustedes, y serán la mejor generación que pueda dar esta sociedad, que hoy está polarizada, resquebrajada, dividida.
Mi deseo es este, y es que sean los guardianes de un mejor mundo, que no claudiquen, que sean más fuertes que nosotros, y queda mi hijo, y muchos hijos e hijas en manos de ustedes, cuéntenles en un futuro a los niños y niñas de hoy lo que vale la vida, lo que vale cada instante, el valor de compartir un aula, disfrutar a la compañerada, de aceptar errores y valorar esfuerzos, de sostener virtudes, de ser personas solidarias, de concretar proyectos, de mantener viva la esencia de la juventud y sus tradiciones, de que el tiempo no se gana ni se pierde, el tiempo se ocupa, el tiempo es olvido o es memoria, y ustedes son parte de esa memoria colectiva y jamás pero jamás serán olvidados, sean guías de ese tiempo, de ocuparlo lo mejor posible, para estar mejor preparados, y no sólo de saberes, sino estar preparados humanamente.
Hoy me quedé con este vacío, de no verlos festejar como es costumbre, y mi deseo es que ese vacío, algún día, se llene de humanidad, y cuando venga el reencuentro, ese vacío se llene de abrazos, de risas y llantos, pero que no quede duda que será un reencuentro lleno de felicidad...
Mi deseo es que vayan por sus objetivos, por lo que desean, por la felicidad, sabiendo que no existe la posibilidad de la felicidad propia si no hay felicidad colectiva.
Y ahora, mientras escribo, creo que tengo la primera certeza, créanme que ustedes, para mí, son las flores de esta feliz, pero muy feliz PRIMAVERA 2020.
Carta para estudiantes:
Publicado por Tomás Ferrer en Domingo, 20 de septiembre de 2020
Comienzo a escribir en medio de un enorme conflicto conmigo mismo, porque tengo un deseo, para...
