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Así luce en la actualidad la escuela primaria.
Así luce en la actualidad la escuela primaria.
Así luce en la actualidad la escuela primaria.
La escuela nació en el Departamento Federal, más precisamente en un paraje conocido como Carpinchorí, desde donde fue trasladada a Concordia, según consta en un acta de visita realizada el 2 de agosto por el subinspector de zona Juan Caro.

Inicialmente, ya emplazada en la capital del citrus, funcionó en el local ubicado en la intersección de calles Balcarce y Humberto Primo, bajo la dirección de la maestra Enriqueta Tavella. Entonces, funcionaba en dos turnos, con tres secciones y tenía una matrícula de 73 alumnos.

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En Humberto I y Balcarce, en la casa de la familia Chiovetta, funcionó la escuela. Agrandar imagen
En Humberto I y Balcarce, en la casa de la familia Chiovetta, funcionó la escuela.
Escuela humilde
La primera sede en Concordia era una casa antigua, con corredor en forma de ele, con no más de cuatro aulas separadas con paredes. El resto eran modestos tabiques de chapadur, combados, y ya muy manchados por el tiempo, donde las voces de las aulas contiguas se confundían muchas veces en bullicio.

Así, tal como se lee en el párrafo precedente, comienza la reseña histórica publicada en 1997 en el interior de la revista elaborada por los primeros 75 años de la escuela. “Bodas de Diamante: educando con amor y esperanza”, decía en su portada que incluyó una foto de la casa de calle Humberto Primo como la del edificio sobre Las Heras 654.

Y hay más del relato de aquella casa de los Chiovetta: “el piano, para las clases de música (con la señora Teresa M. de Olivera) estaba en una de las aulas. Así, el dar clases era, al mediar la mañana o la tarde, una verdadera Babel increíble, de dos o tres voces de docentes, alumnos y prácticas de canciones variadas, entre otras”.

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1934: fiesta con docentes y alumnos en la vieja escuela. Agrandar imagen
1934: fiesta con docentes y alumnos en la vieja escuela.
Respecto a los bancos utilizados por los alumnos, mencionaron que “algunos pocos estaban atornillados en las tablas guías. El resto, sueltos. Esos bancos antiguos, oscuros, dobles, donde se sentaban los niños de a tres, y así la historia sin final: peleas continuas, enojos por esta tan incómodos; bancos que se caían y por supuesto arrastraban a toda la fila. ¡Qué terrible fatiga! ¡Qué sentimiento de impotencia!”.

Por último, un recuerdo al patio, verdadero pulmón de la escuela. “En parte con piso de material, delimitando la parte construida; el resto de tierra, con añosos paraísos y un baño precario en el medio (un excusado”, describieron en esa revista aniversario.

Desde aquella época del siglo XX es conocida como escuela “Chiovetta”, denominación que le dieron generaciones de concordienses que pasaron por allí como por otros que alguna vez hablaron de ella. Pero también tiene una nombre oficial, remarcado en hierro en el frente del actual edificio, al que se trasladaron en julio de 1976 (e inaugurado el 11 de septiembre de aquel año): Escuela Primaria Nº17 “Doctor Diógenes de Urquiza”.
Gratitud a la familia Chiovetta
Llegar a 100 años de vida es marcar un hito en la historia de cualquier comunidad. Y vaya si la escuela 17 puede decir que lo hace. “Nosotros funcionábamos en una casa donada por la familia Chiovetta que precisamente está ubicada acá cerquita, por calle Humberto Primo”, recordó la vicedirectora revelando por qué se la conoce con ese apellido.

Lo que ocurrió fue que, cuando la escuela se trasladó a Concordia y necesitaban un edificio, fue la familia Chiovetta la que cedió amablemente su casa hasta que, muchos años después, pudo tener el edificio propio.
Es tiempo de celebrar
Como fuere, “La Chiovetta” o la “Diógenes de Urquiza” transita el 2022 con especial alegría porque está cumpliendo el primer centenario de vida. Concretamente, el día del cumpleaños es el 3 de agosto (fecha en que se creó en la escuela, en 1922). Mientras esa fecha se aproxima, “tenemos pensadas varias actividades”, admitió la maestra Ana Nannio, vicedirectora.

“Una es convocar a los exalumnos para que, un sábado a la tarde, sean parte de los festejos. Otra de las actividades prevista es la maratón del centenario, el 2 de julio donde puedan participar las familias, los niños con actividades deportivas”, destacó en el inicio de la charla con El Entre Ríos.
Otra actividad es que con cuarto grado tienen previsto hacer un viaje hasta Rosario, provincia de Santa Fe, “para ir al Monumento de la Bandera y hacer la promesa en ese lugar, ser parte de eso festejos”, destacó como también contó que elaborarán un diario, una publicación donde quede plasmado los 100 años de la escuela.
Un premio nacional
“Otra de las cosas que marca la historia, es que hubo un año que la escuela fue reconocida por su calidad educativa a nivel nacional tuvo un reconocimiento muy importante en los años 90 por la calidad”, destacó Nannio.

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Docentes de la escuela, en Casa de Gobierno, junto a la ministra de Educación y la presidente del CGE. Agrandar imagen
Docentes de la escuela, en Casa de Gobierno, junto a la ministra de Educación y la presidente del CGE.
El viernes 9 de mayo de 1996 no lo olvidan más. Un llamado desde el Ministerio de Educación de la Nación les avisó lo siguiente: “la escuela de ustedes ha sido premiada en calidad educativa”. Alegría, sorpresa, desconcierto. Sí, finalmente el jueves 15 de mayo viajaron a Plaza de Mayo e ingresaron a Casa de Gobierno para, en el Salón Blanco, recibir el “Primer premio en Calidad Educativa a nivel primario en Entre Ríos”. El premio también fue inolvidable: una biblioteca de 400 volúmenes.
El consultorio, en la escuela
La docente también rememoró cuando, “en el barrio, la escuela brindaba atención odontológica. Tenía la salita que funcionaba acá en la biblioteca y hacía su aporte a la comunidad a través de esa atención”.

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La doctora Castillo en plena tarea, en el consultorio odontológico que funcionó en la escuela. Agrandar imagen
La doctora Castillo en plena tarea, en el consultorio odontológico que funcionó en la escuela.
Fue uno de los dos únicos consultorios odontológicos que funcionaron dentro de una escuela, en toda Entre Ríos. Estaba exclusivamente dirigido a niños en edad escolar y brindaba atención a los alumnos de otras escuelas cercanas (las número 53, 10, 51, 5 y 14). Clarisa Castillo de Demitroff era la odontóloga que atendía allí, con la auxiliar Celia Ramos.
Identidad
Más de la mitad de los actuales alumnos, dicen las maestras, son hijos o familiares directos de egresados. “Es una escuela muy elegida, muy buscada. Es por eso que tenemos lista de espera, todos los años”, contaron mientras los que van a cuarto grado escuchaban atentamente desde un banco en la biblioteca “Bernardino Rivadavia”.

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El pasillo principal de acesso (vista de norte a sur), en pleno recreo durante una mañana de 2022. Agrandar imagen
El pasillo principal de acesso (vista de norte a sur), en pleno recreo durante una mañana de 2022.
“Hay muchos papás que son exalumnos y quieren que sus hijos venga a esta escuela. Esta es una de las primeras prioridades, hijos de exalumnos. Incluso, muchos viven en barrios alejados pero igual la eligen”, destacó la docente que cumple un rol directivo.

Buena parte de la comunidad educativa está radicada en la zona de influencia, que incluye a los alrededores del cementerio nuevo, avenida Las Heras y Humberto Primo e incluso un poco más allá para los que residen hacia el sur del establecimiento situado en la intersección de Nogoyá y Las Heras.
Mirar al futuro
Superar la pandemia, marcada por la falta de presencialidad, la virtualidad y la paulatina vuelta al aula, no impide a la “Diógenes de Urquiza” sostener su matrícula. “Tenemos una gran fortaleza ya que, después de la pandemia, nosotros no hemos perdido alumnos”, destacó e indicó que, “durante la pandemia, nuestros alumnos estuvieron trabajando, cumplieron los objetivos que nos propusimos, todos medianamente estuvieron vinculados y conectados”.

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El futuro está en cada uno de esos gurises que hoy van a la primaria (vista al patio central). Agrandar imagen
El futuro está en cada uno de esos gurises que hoy van a la primaria (vista al patio central).
Ahora, “nuestro mayor desafío es mejorar la calidad educativa porque fueron dos años en el que hicimos repasos o priorizamos algunas cuestiones y un poquito lo social que se siente acá en la escuela esto de trabajar acuerdos de convivencia nuevamente, valores, todo lo que está pasando a nivel social repercute dentro de la escuela y no podemos estar ajenos”.
“En estos momentos, nuestro mayor desafío es la convivencia, lo social y los vínculos positivos”, cerró.
Fuente: El Entre Ríos.

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