“Hemos pasado un año difícil, de incertidumbre sanitaria y de angustia económica”, comenzó diciendo al reencontrase con el público: “A eso, se sumó la constante embestida del gobierno nacional y la indiferencia del gobierno entrerriano que, aún afectado por las medidas, no hizo nada. Y sigue mirando para otro lado cada vez que la Nación nos mete en el bolsillo, cada vez más, la mano”.
“Atravesamos tiempos duros. No tenemos un norte. No hay incentivos, ni un plan hacia adelante. Nos falta infraestructura, tecnología, financiamiento”, enumeró.
“Entre Ríos atrasa”, tal vez haya sido la frase más contundente que se le escuchó pronunciar. “Y es un vagón de cola de las provincias productoras. El gobierno de (Gustavo) Bordet y otros anteriores -prosiguió- se conformaron con contratar más empleados y engordar al Estado provincial que hoy está superpoblado. No hay un plan hacia adelante, no hay un plan para el campo y, lo que es más grave, no hay una propuesta financiera para el futuro de la provincia”.
Y advirtió que esa “carencia” significa un “problema” para el sector, “porque después inventan más impuestos o más retenciones para que nosotros, los del campo, paguemos lo que no supieron prever”.
