Sin titubeos, arrancó disparando munición gruesa a la Fiscalía. “No mantuvo objetividad ni independencia”, “usó prueba no incorporada”, y hubo una “connivencia entre el Ministerio Público Fiscal y el coimputado Alexandre Doubña”, sostuvo.
Tras aclarar que el presunto pacto “no es ilegal”, insistió: “Hubo un acuerdo para acusar a Larrocca” y el premio -indicó- ha sido que Fiscalía ha exculpado a Doubña del delito de peculado y ha pedido para él una pena mínima.
Al igual que Enrique Oscar Bacigaluppe, defensor del empresario Ramón Segovia, Romero hizo hincapié en que son “pruebas preconstituidas” los chat de Facebook entre Doubña y el exintendente Rubén Chaparro y las conversaciones telefónicas reproducidas en el debate.
Pero, además, aseveró que las certificaciones de avance de obra no son instrumentos públicos y, por lo tanto, no pudo haber falsificación. “Son documentos públicos y no instrumentos públicos. Son provisorios”, enfatizó.
Más adelante, argumentó que no hay dolo demostrado en el accionar de Julio Larrocca. Que haya pedido a Doubña que apurara las certificaciones para que llegara el dinero desde Nación “no tiene nada de malo, si estaban atrasadas cuatro meses”, dijo.
Sobre el final, puso en duda la credibilidad de un coimputado que carga contra otra para salvarse a sí mismo, en obvia alusión a Doubña. “No hay pruebas de nada, ni de falsificación, ni de instigación ni de peculado, por lo que pido la absolución”, concluyó.
