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El doctor Bernardo Salduna, ahora exvocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), recibió hoy un oficio que le comunicaba que cesaba en su magistratura y que debía acogerse a la jubilación, pese a haberse acordado que seguiría en ese cargo hasta fin de mes.

La decisión no fue inocente: se adoptó luego de saberse que su voto era favorable a la destituida Procuradora Adjunta, Cecilia Goyeneche, contra la sentencia del STJ del 18 de mayo último que rechazó el amparo de la ex fiscal y el voto de Salduna le daba la razón para acudir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Con la intempestiva decisión del Superior Tribunal de Justicia, ese voto quedará en la teoría, porque llegado el momento Salduna no lo podrá firmar. En medio de ese clima enrarecido generado por un sector del Poder Judicial y la política, después de 22 años, dejó de prestar servicios en la Justicia.

“Hoy fui sorprendido con una decisión del Tribunal en la cual se resolvía mi cese en la función” y se lamentó porque “la palabra a veces se la lleva el viento”, afirmó en el programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9 Litoral).
“Sentencia de antemano resuelta”
Relacionó, también, esa situación a su postura en el caso Goyeneche y la explicó del siguiente modo: “Cuando usted encuentra una decisión que no tiene mayormente lógica ni tiene mayormente explicación y, bueno, tiene que buscar la explicación ilógica o la explicación extra jurídica”.

Sostuvo que tiene el convencimiento personal que el fallo contra la doctora Goyeneche, “se tenía la sentencia de antemano resuelta”. Y reconoció que sus colegas Juan Ramón Smaldone y Daniel Omar Carubia debieron excusarse en todo este proceso: el primero por tener a su hijo imputado y el segundo por haber adelantado opinión. Y señaló que en el Jury contra la ex Procuradora Adjunta “hay elementos que indican que hubo evidentemente una intencionalidad política” y reconoció que “entraron a jugar factores de naturaleza política”.
La palabra empeñada que no se respetó
-Usted no había arreglado con sus pares de continuar hasta el 30 de junio, para luego acogerse a la jubilación.
-Bueno, de palabra con mis colegas de la Sala Laboral, habida cuenta que había aproximadamente entre 70 y 80 expedientes que tenían que salir y que tenían prioridad por lo menos para que salieran la mayor cantidad posible, había llegado a un acuerdo de palabras. Pero, en el día de hoy fui sorprendido con una decisión del Tribunal en la cual se resolvía mi cese en la función.

-Pero, qué quiere decir: que se siente traicionado por sus pares.
-La palabra a veces se las lleva el viento. Tengo entendido que mis colegas de la Sala Laboral mantuvieron sus posturas; pero, el resto del Tribunal que debía tratar esta cuestión entendió que debían aplicar una ley que está vigente pero que nunca se aplicó; porque siempre que se jubilada algún personal del Poder Judicial, la misma Caja le otorgaba 60 días para el cese definitivo. Y, además, el Tribunal mismo respetaba ese plazo a los efectos que la persona que se jubilaba pusiera al día su despacho, acomodara sus cosas… en fin… no se le cortara el período de pago. En mi caso me correspondería cobrar 22 días por el Poder Judicial y 8 días por la Caja de Jubilación, con los inconvenientes administrativos que eso significa. En definitiva, eso es el problema menor para mí. Lo que más me preocupaba es que en la Sala Laboral, que justamente están los reclamos de los trabajadores, no dejar expedientes a sentencia. Le aclaro que tanto en mi Sala Laboral como en lo Contencioso Administrativo como en la sección de Amparos, tengo el despacho absolutamente al día. Pero, mis colegas están atrasados.

-Usted entiende que esa postura está vinculada con su postura de que la fiscal Cecilia Goyeneche pueda acudir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
-Cuando usted encuentra una decisión que no tiene mayormente lógica ni tiene mayormente explicación y, bueno, tiene que buscar la explicación ilógica o la explicación extra jurídica. La única explicación que puedo encontrar es que sí, efectivamente, como trascendió mi primer voto en esta causa de fallar a favor que la Corte Suprema (intervenga) en un caso que objetivamente no se puede decir que no sea de trascendencia institucional, porque eso es una cosa -que más allá de la opinión de cada uno-, es un tema que ha estado en el candelero en los últimos tiempos y que ha tenido conmocionada a nuestra provincia, que ha llegado al orden nacional y aún al orden internacional y que se diga que no tiene trascendencia institucional, me parecería una cosa totalmente absurda. Y, bueno, cuando se conoció ese primer voto, casualmente sale esta decisión. Entonces, bueno, uno no quiere pensar mal; pero, digamos que no tiene explicación.
¿Por qué no se excusaron Smaldone y Carubia?
-Usted se excusó para integrar el Jury. No deberían haberse excusados también los vocales Juan Ramón Smaldone y Daniel Omar Carubia.
-Creo que tenían bastantes elementos como para sostener que debieron haberse excusado.

-Especialmente Smaldone, quien es padre de una persona imputada.
-Sí, el doctor Smaldone puede estar afectado por una situación personal muy especial. Y respecto del doctor Carubia, hay un sistema en el Jurado de Enjuiciamiento, que precisamente fue una de las causas por las cuales yo me excusé. Creo que la ley tiene un grave inconveniente en el sentido que, el mismo juez que resuelve la formación de causa es el que finalmente dicta sentencia. En la formación de causa, entiendo que los jueces adelantan en gran medida su opinión. Y este es el caso concreto del doctor Carubia, que adelantó una opinión bastante contundente en el sentido acusatoria contra la doctora Goyeneche. En mi criterio había elementos para las excusaciones.

-Eso en algún momento se lo pudo expresar.
-Bueno, yo no tengo mayormente diálogo con algunos colegas. Expresé mi opinión cuando debí hacerlo, en la parte en que me tocó dirimir.
¿Schumacher no debió excusarse por su relación con Giano?
-En todo este proceso hubo una silla vacía para integrar el Jurado de Enjuiciamiento y luego se decidió que ese lugar lo debía integrar la doctora Gisela Schumacher. ¿No estuvo mal eso?
-No sé. Digamos que cuando se sorteó, se sorteó un lugar que estaba vacío por el doctor (Emilio) Castrillon y se dijo, bueno, la persona que ocupe ese lugar será quien deba fallar. Era una situación un tanto extraña, pero, fue lo que en su momento se decidió. Y se resolvió en un momento en que no se pensaba que iba a llegar a esta situación.

-Y en el caso de la vocal Schumacher y su relación de pareja con el presidente de la Cámara de Diputados, Ángel Giano…
-Bueno, ella fue cuestionada en ese sentido.

-Por eso, no tendría que haberse excusado también.
-Bueno, esa es una pregunta que habría que hacérsela a ella. Digamos que las excusaciones son cuestiones muy personales. Creo que esa pregunta se debía hacerse a ella y ella entendió que estaba en condiciones de resolver.

-Preguntamos por Smaldone y Carubia…
-En Smaldone creo que debía tener alguna cuestión más personal como para excusarse, sí. Y en el caso del doctor Carubia, también. Y en el caso de la doctora Schumacher no lo podría decir con tanta certeza.
La “unidad corporativa” del STJ
-A partir del caso Goyeneche usted entendió que se rompió el equilibrio en el Superior Tribunal o ese desequilibrio ya venía de antes.
-Al contrario. En el Superior Tribunal pareciera haber bastante unidad corporativa. Casi le podría decir que soy la única voz disidente en este caso. Y no a favor de Goyeneche, sino a favor de lo que entiendo debe ser el cumplimiento estricto de la Constitución, de la ley y las normas procesales y de fondo.

- ¿Y usted se sintió defraudado? Porque acaba de señalar el estar a favor de las reglas.
-Le diría como simple ciudadano, yo tendría algunos juicios críticos con respecto a la actuación de la Fiscalía. Pero, de ahí actuar violando o desconociendo normas de la Constitución y de la ley, bueno, hay una distancia muy grande. Y yo creo que este caso ha estado plagado de irregularidades, de cosas que uno no termina mayormente de entender. Entonces, cuando las cosas no respetan las reglas de la lógica, uno tiene que preguntarse qué otras motivaciones pueden existir.

-Usted entiende que cuando se sentó la doctora Goyeneche en el Jurado de Enjuiciamiento, ya estaba destituida de antemano.
-Sí, sí. Tengo el convencimiento que el fallo ya estaba resuelto de antemano. Digamos como que se aplicara acá lo que de alguna manera en el Derecho Penal se llama, el Derecho Penal del enemigo. Hay un jurista alemán que se llama (Günther) Jakobs que habla del Derecho Penal del ciudadano y del Derecho Penal del enemigo y que se les aplica a aquellas personas a las que no se las considera dentro de la ley; usando aquella famosa frase: “Al enemigo ni justicia”. En este caso (en el de Goyeneche) se actuó un poco así. Se tenía la sentencia de antemano resuelta.
El poder político y la destitución de Goyeneche
-Y usted entiende que, para llegar a esta sentencia de antemano, hubo un pacto judicial-política contra la doctora Goyeneche.
-Yo a eso no lo podría afirmar. Pero creo que hubo… hay elementos que indican que hubo evidentemente una intencionalidad política. Una intencionalidad política que se le buscó después para dar forma jurídica.

-Pero, entiende que detrás de eso había un gobierno, parte del Poder Ejecutivo involucrado.
-Algún sector político que, evidentemente, estaba interesado. Eso no me cabe la menor duda.

- ¿Cuánta tensión generó en el Superior Tribunal de Justicia la disputa de la Sala Penal contra la Procuración?
-Se empezó a generar una puja de poder entre la Sala Penal, que ni siquiera debería existir. Desde el momento que se crearon las Cámaras de Casación, la función casatoria en materia Penal las tienen las Cámaras. Y la Sala Penal no se sabe muy bien cuál es la función que cumple. Desde que se dictó el Código Procesal Penal, desde que se dictaron las leyes de creación de los Ministerios Públicos y desde que se reformó la Constitución, ha existido una puja y un choque de criterios por distintos motivos. Y cada día se fue poniendo más de manifiesto y se fue agravando cada vez más. Estaban los criterios de prescripción bastante singulares que elaboró la Sala Penal; las diferentes respecto a las atribuciones que tenía el Ministerio Público en materia de investigativa. En fin, una serie de cuestiones que fueron generando una especie de puja de poder entre la Sala Penal y que después se fue trasladando al seno de prácticamente todo el Superior Tribunal. Y que tuvo su clímax cuando entraron a jugar intereses políticos. Es decir, cuando los delitos investigados afectaban a la administración pública. Y se llegó al enfrentamiento cuando vino el problema con la doctora Goyeneche. Directamente ahí entraron a jugar factores de naturaleza política.

-Cuando habla de prescripciones singulares se refiere a la que se dictó el año pasado y que refiere a los tiempos de investigación en casos de corrupción.
-Sí, sí. Esos términos muy particulares que se fueron creando en materia de prescripción y generaron un choque, una diferencia de criterios con el Ministerio Público.

-Usted entiende que eso fue una especie de “vendetta”.
-Algo por el estilo, sí.

-Usted fue denunciante de casos de corrupción. ¿Cómo ha visto los avances o retrocesos en los últimos años?
-Diría que se puede ver la botella medio llena o medio vacía. Ha habido algunos avances. Creo que, la Provincia de Entre Ríos si uno hace una especie de “racconto”, es la provincia que tiene más funcionarios en materia de enriquecimiento ilícito con condenas. A lo mejor uno piensa que deberían haber más, que se tendría que haber avanzado en algunas investigaciones. Digamos que dentro de lo que se puede pedir no es una provincia donde la Justicia ha avanzado en menor medida. Y hemos tenido condenas resonantes hace poco tiempo atrás. Pero, al lado de eso hay cosas que a uno lo ponen un poco en guardia. Por ejemplo, todos estos acuerdos que se hacen con los empresarios, esos acuerdos que permiten que a través de pagos de multas se tranzan temas de corrupción; el hecho de que algunas investigaciones se enfocan más bien en los “perejiles” y no en los principales dirigentes de más arriba; en fin, toda una serie de cosas que hacen que uno pueda ser crítico. Y esto lo estoy diciendo ya no en mi función de magistrado, que ya no lo soy; sino en función de simple ciudadano. Pero, dentro de todo uno puede considerar que hemos tenido un avance medianamente aceptable en materia de lucha contra la corrupción.
Se va dolido del máximo Tribunal
- ¿Usted tiene identificado quién tomó la decisión de su salida del Superior Tribunal?
-No. Simplemente se me comunicó mediante un oficio que se había resuelto que mi salida tenía que ser en el día de la fecha (por el 22 de junio).

-En ese sentido, ¿el voto que usted hizo sobre el pedido de Goyeneche de ir a la Corte Suprema pasa a ser nulo?
-Obviamente, cuando llegue el momento de votarlo no lo podré hacer porque no podré firmar más nada. Digamos que pasa a ser un voto teórico, casi lírico.

-Se va dolido.
-Por ese aspecto sí. Me hubiera gustado en esta cuestión que hace a un tema institucional, terminar mis 22 años en el Poder Judicial –justamente el 16 de junio cumplí los 22 años- dejando sentado mi voto en esta causa. Del mismo modo en cómo dejé hace poco tiempo asentada en otra causa importante como fue la causa (Gustavo) Rivas (condenado por corrupción de menores) y en ese caso me tocó ser la mayoría en el voto condenatorio y en contra del voto del doctor Carubia que proponía la prescripción. Por eso me hubiera dejado asentado mi voto en este caso (Goyeneche), pero no pudo ser.

-Usted se va sin hablarse con algún vocal o se habla con todos.
-Con algunos con monosílabos y nada más.

-Desde hace mucho.
-Sí. He tenido diferencias grandes. Trato de no tener diferencias del tipo personal. El lema mío y es el que le escuché hace muchos años a un político uruguayo es: “Firme con las ideas y suave con las personas”. He tratado de no tener agravios personales con nadie, de no herir las susceptibilidades de nadie, de no agraviar a nadie. Creo que en gran medida lo he cumplido. Pero, bueno, con algunas personas he tenido diferencias que hacen a cuestiones de fondo por las cuales no me puedo poner de acuerdo.

-Esas personas son de Concordia.
-En algunos casos, sí… desgraciadamente.

-Habló con el gobernador en todo este tiempo.
-No. He tratado de tener alguna conversación, aunque sea para despedirme de la función, pero por distintos motivos no he logrado hasta ahora una entrevista.

- ¿Cuándo se vuelve a Concordia?
-Ahora me voy mañana (por el jueves 23 de junio). Pero, probablemente la semana que viene venga a ordenar algunas cosas personales.
Fuente: Cuestión de Fondo - Análisis Digital.

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