Una ministra de Salud que no realizó ninguna declaración, respecto a la grave denuncia por presuntos hechos de corrupción en el Hospital de Villa Elisa, que llegó a todos los medios nacionales. Sumado al escándalo del “vacunatorio VIP” que se dejó entrever existió en la misma cartera ministerial, algunos meses atrás, en donde primó la protección de los derechos de “los pacientes” por sobre la necesidad de los ciudadanos de saber el nombre de los funcionarios beneficiados.
Una secretaria de Salud que enfureció con la prensa, cuando le preguntaron sobre las facultades de un hospital público para cobrar oxígeno a sus pacientes; y que le pareció “una falta de respeto” la pregunta en el medio del acto de cambio de directorio, en un claro acto de avasallamiento a los periodistas, y en consecuencia, a la sociedad que tiene el derecho de ser informada. Todo esto, sumado a sus insistentes declaraciones, respecto a que la denuncia debió ingresar por el Ministerio de Salud, y no por el Ministerio de Economía, siembra, cuanto menos, un manto de dudas.
¿Por qué le molestó tanto a la Dra. Reh que la denuncia ingrese por el Ministerio de Economía?
¿Por qué insistió tanto en que la denuncia debió hacerse frente a la cartera a la cual pertenece? ¿Por qué el Ministerio de Salud hizo oídos sordos cuando saltó a la luz el reclamo - que se hizo público- de la Cooperadora, en julio del año pasado?
¿Por qué la Dra. Reh afirmó que iniciaron la investigación a raíz de la denuncia remitida por el Ministerio de Economía, cuando se realizaron ante el Ministerio de Salud, por lo menos, cinco presentaciones por ésta misma cuestión?
Todas esas declaraciones de la secretaria de Salud, sumado a la ausencia de declaraciones de la ministra Sonia Velázquez, permitirían al menos concluir que si la denuncia no se hubiese radicado frente al Ministerio de Economía, todo hubiese quedado en la nada.
¿Es que, acaso, es el primer llamado de atención que en la ciudad capitalina tienen de las irregularidades que suceden en un hospital en donde se vendrían recibiendo “colaboraciones”, por lo menos desde el año 2014?
¿Qué persigue el Ministerio de Salud con la tan mencionada auditoría? Porque, me pregunto, “aunque los números den…” ¿estarán convencidos los funcionarios, que la sociedad cree en los resultados de las auditorías del Tribunal de Cuentas? O es “un fulbito para la tribuna…”
Es que, si estas “colaboraciones” vienen haciéndose desde hace años, y están rendidas al Tribunal de Cuentas, ¿significa que al órgano de contralor nunca le llamó la atención la cantidad de colaboraciones que recibía “la Administración del Hospital de Villa Elisa” (además de las que recibe la Cooperadora)?
¿Nunca le llamó la atención que, aún en el año 2021, las “donaciones” y “colaboraciones”, se realicen todas en dinero en efectivo, y no por transferencia y/o depósito bancario?
¿Por qué el Tribunal de Cuentas nunca le exigió esto al Hospital de Villa Elisa?
En este caso de extrema sensibilidad que involucra a la salud del pueblo elisense; sumado al contexto de extrema vulnerabilidad y cansancio que de por sí acarrea la pandemia, ¿seremos, la población, merecedores de este silencio por parte de la ministra de Salud? ¿De verdad merecemos respuestas tan vagas -y para nada concretas- como las que brindó la Dra. Reh?
La denuncia de corrupción abrió más de un interrogante, no sólo sobre los hechos que se investigan en el marco de la causa judicial, sino además, sobre la calidad de funcionarios públicos, de los que el pueblo es merecedor… calidad de la que muchos, parecen no saber de qué se trata.
Clarisa Marano Roude
Abogada denunciante
clarimarano@gmail.com
