Esa ecuación se replica a su vez en las comisiones de los dos recintos de las que penden, en todos los casos, los dictámenes de comisión que hacen posible el tratamiento de un proyecto en el recinto.
Así, los forcejeos por las mayorías y minorías en cada uno de estos espacios es una constante que se ha ido modificando a su vez con la capacidad de nuevas fuerzas de alcanzar a ser representación política en algunas de las Cámaras.
En el Senado y conforme la cantidad de departamentos que hay en la provincia, son 17 los hombres que representan a cada zona y de ellos siete responden a Cambiemos y el resto al peronismo. En Diputados, la composición se modificó con la reforma de 2008.
Antes de eso, la provincia modificó su geografía y pasó de 14 a 17 departamentos por lo que la discusión sobre la necesidad de introducir cambios en la representación parlamentaria tuvo entre sus fundamentos más fuertes ese nuevo mapa, que derivó en el aumento de las bancas en el Senado primero y luego en Diputados con la reforma de la Constitución en 2008, ese mismo argumento respaldó la necesidad de sumar otra media docena de bancas, que son las 34 que existen actualmente.
Sin embargo, la reforma constitucional al ampliar la base de bancas no alteró el principio de gobernabilidad que es el que le asegura al gobernador electo una garantía que es la mayoría en la cámara baja. En el radicalismo, una operación similar, le da al candidato a gobernador la posibilidad de elegir los cinco primeros lugares de la lista de diputados mientras que el resto se constituye de acuerdo al resultado de la última elección.
Ese principio de distribución fue objetado muchas veces tanto en el orden provincial como puertas adentro del radicalismo pero cierto es que, en ambos espacios, siguen vigentes. Es que una modificación, para el caso de la provincia, obligaría a una reforma constitucional y en el radicalismo a un debate que por estos tiempos, no es el más importante.
Hace algunos meses atrás, hubo algún intento de tocar la cláusula de gobernabilidad pero los dichos no pasaron de la categoría del rumor, aún frente a una reforma electoral, al margen de que los cambios en la cláusula necesitan una reforma de la Constitución.
Hoy y tal como está dispuesto, aunque un gobernador gane con el 30% de los votos, tendrá la mitad más uno de las bancas en la Cámara Baja.
La mitad más uno de 34 es 18. Ese es el número de bancas que se garantiza el oficialismo. Pero si el partido que gana supera el 50% de los votos, podría sumar más bancas en forma proporcional a los votos obtenidos.
Suponiendo que el oficialismo, como ocurrió siempre en Entre Ríos desde 1983, no supera el 51% de los votos, el próximo gobernador tendrá 18 diputados. Las 16 restantes se distribuirán entre las fuerzas de la oposición en forma proporcional a los votos obtenidos.
Este jueves se conoció que la Justicia electoral exige al Congreso modificar la integración de la Cámara de Diputados y le reclama la actualización del reparto de las 257 bancas actuales de la cámara baja y obliga a que los cambios se realicen respetando el Artículo 45 de la Constitución, que establece que luego de cada censo nacional, se debe readaptar la fórmula de representatividad en función de la población que tiene cada distrito.
Es que la actual composición de Diputados está basada en los datos del censo de 1980, realizado hace 38 años, con lo cual, según la Justicia, resulta "anacrónico”.
La novedad del tema es que los cambios deben concretarse antes de las próximas PASO, es decir a un año del cierre de listas. La noticia que sorprendió a muchos, le habilitará a los armadores, unos casilleros más para la próxima pulseada en la que no hay certeza aún sobre cuáles serán los jugadores.
