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Barreiro retirándose de los Tribunales de Paraná.
Barreiro retirándose de los Tribunales de Paraná.
Barreiro retirándose de los Tribunales de Paraná.
La Justicia entrerriana condenó a Ricardo Fabián Barreiro, el empresario santacruceño que empezó siendo el jardinero del matrimonio constituido por Néstor y Cristina Kirchner, en el sur del país, y que ahora es dueño de una empresa de transporte, cadena de hoteles y restaurantes en distintos puntos del país. Le impuso, según la sentencia leída este martes de mañana en Paraná, la pena de un año y medio de prisión condicional, más el doble del tiempo de inhabilitación para ejercer cargos públicos y, por ese mismo último plazo, le ordenó realizar trabajos comunitarios. Lo halló culpable del delito de falsificación de instrumento público.

Lo que había pedido el fiscal

El fiscal Alejandro Cánepa llevó adelante la acusación: le reprochó a Barreiro, mediáticamente apodado como el Jardinero K, haber introducido, el 1° de octubre de 2012, la aseveración de que no era funcionario provincial en una declaración jurada ante el Registro de Proveedores de Entre Ríos, a pesar de que existía un decreto provincial por el cual se lo designó como coordinador, ad honorem, de Relaciones Institucionales del Centro Experimental de Industrias Culturales (Ceicer), que estuvo a cargo de su amigo de militancia, Sebastián Lorenzo.

Cánepa había pedido la pena de 2 años y 3 meses de prisión condicional, más el doble de plazo de inhabilitación para ejercer cargos públicos, pero este martes el juez Pablo Vírgala, lo halló culpable de falsificar datos en un instrumento públicos, pero lo condenó a 1 año y medio de prisión condicional, más el doble de inhabilitación para ejercer cargos públicos, y la accesoria de realizar trabajos comunitarios.

El juez dijo: "no salimos bailando en televisión"

Vírgala, al dar a conocer su fallo, lamentó que Barreiro no estuviera presente en la sala (estuvo sí durante el debate, el lunes 15 y el martes 16) para explicarle, dijo el magistrado, que lo juzgó por los hechos que se le imputaron y no por lo que se decía que era ("el Jardinero K") y aseguró la independencia del Poder Judicial en la provincia.

"No salimos bailando en televisión ni hay ningún nombre en una servilleta", dijo Vírgala, parafraseando aquella sentencia que se le atribuyó al ministro del Interior de Carlos Menem, Carlos Corach.
Juicio al Jardinero K: Ricardo Barreiro condenado en Entre Ríos
"Quería que estuviera (Barreiro) para explicarle la sentencia", aseguró. "Es bueno informar por qué se llega a tal o cual conclusión", completó y puntualizó la necesidad de que existan "políticos probos y honestos", y que eso es lo que quería decirle, entre otras cosas, al condenado empresario santacruceño.

"Era funcionario"

"Acá se juzgó un hecho, no una persona. El hecho que se le imputó es falsedad de instrumento público", analizó el juez. Y antes de dar a conocer el fallo, dio por probados los hechos: que Barreiro era funcionario, que cometió un delito al inscribirse como proveedor del Estado, y que no pudo desconocer que había sido designado por un decreto firmado por el exgobernador Sergio Urribarri.

"¿Era funcionario? Sí, lo era", concluyó el magistrado, y de ese modo dio por tierra con la argumentación de los defensores, Raúl Barrandeguy y Candelario Pérez, que sostuvieron que Barreiro nunca fue notificado de su designación. "Lo pudieron notificar por carta documento y Barreiro hubiese dicho lo que dijo aquí, que no lee lo que firma", explicó Vírgala.

"El decreto que lo nombra a Barreiro lo pone jerárquicamente debajo de Lorenzo, coordinador del Ceicer. Que haya trabajado ad honorem o cobrando, no lo diferencia: era funcionario", apuntó el magistrado.

"Se movía en las más altas esferas"

"El decreto de designación institucionalizó o formalizó lo que Barreiro venía haciendo, y Barreiro, como dijo (el exministro de Cultura, Pedro) Báez, era una persona que tenía enorme llegada a nivel nacional. Barreiro fungía de abrepuertas", explicó Vírgala.

"Barreiro abría puertas allí a donde no podía llegar otra persona, ni siquiera el ministro (Báez). Siempre que no sea tráfico de influencias, está bien. Esto siempre fue así", aseveró.

"Barreiro tenía un trato fluido. Era un funcionario, un político que se movía en las más altas esferas. No era una persona cualquiera: licenciado en Administración de Empresas, empresario", continuó.

"Era prácticamente un canciller regional"

Precisó que, "en los tres meses que van entre que se publicó el decreto de designación y la firma en el formulario de inscripción en el Registro de Proveedores, nadie dijo nada, nunca supo que había sido designado. Encima, designado, una perla más, una irregularidad más, como nexo para fortalecer el citado organismo y los diferentes gobiernos del Mercosur y el Unasur. Barriero era prácticamente un canciller regional, sin saber que lo era. Increíble", analizó el juez.

"Eso hacía Barreiro. Pero no sabía. Ni el ministro Báez ni Lorenzo, con quien eran amigos, nadie le dijo que había sido designado en estos términos", completó el magistrado, antes de dar a conocer su sentencia, en la que la que lo halló culpable del delito de falsificación de instrumento público y condenarlo a prisión condicional al Jardinero K.
Fuente: Entre Ríos Ahora.

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