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El intendente de San José habla de la “herencia del vecinalismo” y avalúa sus dos primeros meses de gobierno, analizando las necesidades que se plantean desde la población y respondiendo a cuestiones sanitarias.

-A dos meses del inicio de su gobierno, ¿cuál es el balance de estos primeros 60 días de gestión?

-Hemos tenido algunos inconvenientes a partir de cuestiones que recibimos en materia estructural de la municipalidad, como el parque automotor que venimos solucionando día a día para atender los reclamos de los vecinos.

Una de las grandes problemáticas que tenemos en San José es la de las calles que, en su mayoría, está en estado deplorable. La ciudad tiene asfaltada solo el 9% de sus calles, lo que significa que el resto es de broza o ripio, algo que complica la transitabilidad después de cada lluvia. En ese sentido, me he comprometido a trabajar sobre su arreglo, compactación y asfaltado para que todas las personas tengan accesibilidad en su barrio.

Y en materia económica, no era lo que esperábamos recibir, porque se han dicho muchas cosas que no eran reales. Pero hemos lanzado un plan de facilidades de pago al que la gente se sumó mucho más de lo que creíamos: hay más de 120 familias y empresas que quieren regularizar sus deudas.

-¿Cuál es la “herencia del vecinalismo”, a su modo de ver, después de doce años en el gobierno municipal?

-Hemos encontrado un municipio condicionado en la parte de máquinas, ya que alrededor del 30 ó 40% estaba funcionando y el resto no. Uno de los ejemplos más claros es el caso de las motoniveladoras: se contaba con cuatro, de las cuales al 10 de diciembre solo funcionaba una, otras dos estaban rotas y otra totalmente desmantelada.

En lo económico, se jactaron mucho en decir que dejaban plata, pero esa plata ya estaba con afectación de programas nacionales o gastada. De hecho, lo que era para trabajar y poder pagar los sueldos no alcanzaba, por eso tuvimos que hablar con los proveedores para patear las deudas para más adelante y priorizar el pago al empleado municipal.

Y en la parte administrativa, hemos recibido un municipio totalmente desorganizado y sin control. Se han perdido expedientes, como el caso del expediente inicial de la piscina del polideportivo, que todavía no hemos dado con su paradero.

Hemos mantenido una serie de intimaciones judiciales con la empresa adjudicataria de la obra, lo que llevó a que hoy se esté terminando el cerramiento del predio y comenzando a hablar sobre el arreglo de la misma, porque está en estado calamitoso y así no se puede utilizar.

-Desde el vecinalismo, ahora como oposición en el Concejo Deliberante, han hecho dos pedidos de informes recientemente: uno por presuntos errores en las liquidaciones de horas extras y otro por una supuesta falta de prestaciones en un centro municipal de salud. ¿Qué responde a ellos, tras la reunión que mantuvieron ambas partes?

-Estuve reunido personalmente con algunos de los concejales de la oposición, con quienes charlamos sobre el tema salud porque comentaron haber recibido algunos reclamos y de la logística de la unidad de rescate urbano que tienen a cargo los bomberos voluntarios.

Después me enteré, por las redes sociales y por una nota que presentaron en la municipalidad, que estaban preocupados por las cargas de las horas extras. Hubo un error, que inmediatamente se corrigió, porque jamás quitaríamos un derecho laboral.

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Más allá de los concejales que integran el bloque, las personas que están detrás hablando y metiendo cizaña, deberían llamarse a un poco a silencio. Han estado doce años al frente del gobierno y recién ahora se acuerdan de los empleados municipales, siendo que las condiciones laborales que hemos encontrado en la mayoría no eran del todo buenas.

Y en cuestiones de salud, a veces tratan de correrlo a uno, pero siempre digo lo mismo: no bajaron de un plato volador ni son inconvenientes que hayan comenzado el 10 de diciembre. Siempre estoy en contacto con el director del hospital y la encargada de las salas municipales para ampliar los servicios que tenemos, pese al déficit de personal médico en la ciudad.

-Hace unos días, un vecino de San José escribió una carta pública, denunciando una serie de presuntas irregularidades en la atención de su hermano, que se descompuso en la zona del balneario municipal y finalmente falleció en el hospital. ¿Cómo atendió esa situación?

-A dos días de haber ocurrido el hecho, me reuní con la familia y conversamos acerca de la situación. El balneario cuenta con una enfermería y una unidad de traslado hasta las 20, horario en que los guardavidas tocan el silbato y cierran la playa, pero la unidad de traslado queda ahí con un chofer a disposición. Como el señor se explayó en la carta, llamó varias veces al hospital y no obtuvo respuesta, por eso los chicos de ahí lo cargaron en la unidad de traslado y lo llevaron al nosocomio, donde ocurrió el hecho lamentable de su fallecimiento.

-¿Tiene conocimiento si habrá cambios en la dirección del Hospital San José, como se venía rumoreando, al igual que con el San Benjamín de Colón?

-Estuvimos en el Ministerio de Salud conversando sobre los diferentes programas que se pueden comenzar a trabajar y convenios del municipio con el hospital, pero de cambios en la dirección no se ha hablado. Sí hemos destinado tres empleadas administrativas, lo que permitirá al hospital cobrarle a las obras sociales en horarios en los que no funciona la administración, por la tarde y los fines de semana.

-La cuestión ambiental de San José, también relacionada a la salud, siempre está candente. ¿Qué diagnóstico tiene, hoy por hoy, de la situación con respecto a efluentes y pulverizaciones?

-Sin dudas es un tema que nos preocupa y sobre el que venimos trabajando desde Ambiente. Ahora estamos encarando un relevamiento para conocer las empresas y los productores que pueden arrojar algún desecho que pueda llegar a generar algún desequilibrio ambiental.

Tanto con la asamblea como con quienes han estado involucrados en el conflicto anterior de los agrotóxicos, hemos venido conversando y se asumió el compromiso de comenzar a trabajar con agroecología, lo cual se viene cumpliendo y en el barrio están muy contentos con eso.

Y ahora lanzamos un relevamiento de microbasureros en caminos rurales para lograr su erradicación y trabajar con nuestras piletas de efluentes cloacales, charlando con Insa y PGE que diariamente generan muchos residuos que después terminan en el arroyo.

-¿Cuál es la necesidad que se repite, a priori, en el relevamiento territorial que iniciaron la última semana en los distintos barrios?

-La realidad económica hace que como prioridad los vecinos hablen del tema del trabajo, porque algunas fuentes laborales se han perdido y escasean en la ciudad tras la crisis del macrismo.

Después, hay muchos barrios que no tienen cloacas ni servicio de agua potable, por eso estuve con Enrique Cresto en el Enohsa (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento) presentando proyectos para llegar a esos lugares con los servicios. Igualmente, hay que tener en cuenta que lo económico está condicionando a todos los niveles del Estado.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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