A continuación, el escrito completo del concejal Felipe Sastre:
Esta mañana, el recinto del Concejo Deliberante de Concordia albergó una nueva muestra de desprecio institucional por parte del oficialismo local, que pone en jaque el funcionamiento del cuerpo y compromete la legalidad de las decisiones que adopta.
Desde el momento en que el Intendente Cresto se fue de licencia para ocupar la Dirección del ENOHSA, dejando así su lugar a Alfredo Francolini, el legislativo local perdió a su Presidente natural. Como consecuencia de ello, quedó a cargo de la Presidencia el concejal Daniel Cedro, quien desde su nuevo rol, ya no participa de las discusiones ni tiene voto en las mismas.
Sin embargo, parece que contar con un voto menos no es impedimento para que el Bloque Justicialista siga imponiendo sus iniciativas en base a artilugios y trampas reglamentarias, desobedeciendo la normativa vigente y tratando de llevarse puesto todo en su camino.
Concretamente, yendo al tema que nos ocupa, con un quorum conformado por 11 concejales, la 6ta sesión ordinaria que tuvo lugar este jueves, necesitaba del voto favorable de al menos 8 ediles para que se aprueben las decisiones que requiriesen mayoría especial de dos tercios (2/3) de los miembros presentes.
Sin embargo, fueron aprobadas varias iniciativas de este tenor con apenas 7 votos, en base a una interpretación del reglamento fundada en las disposiciones del articulo 97, forzada por la simple mayoría del PJ en el recinto, y desconociendo que las interpretaciones reglamentarias no pueden recaer sobre las calificaciones que se efectúen sobre el resultado de una votación.
Además la interpretación realizada, desde el punto de vista teleológico, desatiende que cuando el legislador califica la mayoría, lo hace con la intención de que la opinión de las minorías sea tenida en cuenta. Sin perjuicio de ello, aquí pesa todavía más la cuestión aritmética, porque si calculamos cuánto representa dos tercios (2/3) de 11, nos da como resultado un número decimal: 7,33.
Por lo tanto, ese es el mínimo establecido para que una votación de esta naturaleza califique como afirmativa. Como la voluntad de una persona no es divisible, el oficialismo que contaba con 7 votos, no podía obtener ese 0,33 que le faltaba si no era a través del voto favorable de otro edil más, en este caso de la oposición.
Pero si aún quedan dudas, podemos explicarlo de otra forma: el oficialismo reunió apenas siete onceavos (7/11) del total del cuerpo, y esa fracción es más pequeña que dos tercios (2/3). De allí que 7 votos sean insuficientes para alcanzar los dos tercios (2/3) en un contexto en el que el quorum, como ya se dijo, estaba compuesto por 11 concejales.
Esta cuestión no es opinable ni merece ninguna discusión, las ciencias exactas son categóricas y esto es una cuestión matemática. Lo expuesto hasta aquí, nos lleva a sostener que en la sesión de hoy, todas y cada una de las decisiones adoptadas tan sólo con los 7 votos del Bloque Justicialista, que requerían el acuerdo de dos tercios (2/3) de los miembros presentes, son nulas de nulidad absoluta.
En este sentido, pensando en la posibilidad de que esto se reitere a futuro, es dable resaltar que el Poder Ejecutivo se debe abstener de promulgar todas las ordenanzas que se pudieren sancionar en estas condiciones, adviertiendo desde ya al Intendente que la promulgación de un acto irregular, lo hará cómplice de la ilegalidad y, por ende, inevitablemente responsable de las consecuencias que ello pudiese acarrear.
Finalmente, es importante que la comunidad sepa que más allá de mi enérgico rechazo a este nefasto precedente, desde el Bloque de Juntos por el Cambio seguimos analizando por estas horas el camino a seguir para poner un freno a este grave atropello institucional.
