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Hernán Moll vive en el barrio porteño de Floresta y se dedica al arte de fabricar instrumentos musicales (didgeridoo, tambor de tormenta, bongó bambú, teponaztl, güiro, flautone, ektara, entre otros), generalmente utilizando bambú de diferentes especies.

Parte de su producción puede verse hasta el 12 de febrero en su stand de la Fiesta Nacional de la Artesanía en Colón, al que accedió luego de una selectiva virtual.

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Explica que el didgeridoo (yidaki) es un instrumento primitivo de viento oriundo de Australia. “Es una caña larga y hueca, con una boquilla en la punta. Al hace vibrar los labios se generan sonidos. Lo usaban en el norte de Australia y se dice que tiene 40.000 años, en un principio era para comunicarse y luego se convirtió en musical”.

Otra de sus creaciones es el OVNI Drum, un instrumento de percusión melódica de lengüetas metálicas (steel tongue drum). “Se puede tocar con baquetas de goma o directamente con la yema de los dedos. Su sonido produce armónicos y vibraciones que se van multiplicando, induciendo a quien lo escucha en un estado de relajación y armonización profunda, por lo que también es buscado para armonizaciones, meditaciones, musicoterapia. La distribución de las notas, lo hacen un instrumento intuitivo y fácil de tocar en todas las edades”.

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“Además, hacemos veladores, mates y llamadores de ángeles en bambú, todos con nuestro propio diseño y estilo”, cuenta sobre el emprendimiento que inició hace unos 18 años con Matías Lence.

“Somos mayormente autodidactas. Al principio trabajábamos en otros materiales, pero luego el bambú nos cautivó; es un material muy noble, además es una de las plantas de mayor crecimiento en el mundo, si se la corta en el momento justo incluso se favorece su crecimiento y se regenera rápido”.

Sus trabajos pueden seguirse en Instagram: Nektar Bambú / OVNI Drum
Fuente: El Entre Ríos

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