Aquí es necesaria una salvedad: allá por el 11 de junio se había autorizado la vuelta del servicio interdepartamental con aquellos colectivos que vinculan al ejido urbano de Concordia con localidades como La Criolla, Los Charrúas, Colonia Ayuí, Puerto Yeruá y Calabacilla, entre otras. Duró un suspiro. Y entonces de nuevo a foja cero. Mientras tanto, las habituales plataformas donde se ubican los micros pasaron a ocuparse con automóviles de lo que trabajan o, circunstancialmente, van hasta esa parte de la ciudad. “El banquito de Entre Ríos”, como los llaman los que frecuentan la terminal, y los 3 servicios de encomienda son los que, a la fecha, siguen activos.
Hay, además, obras aún en marcha. Las más importantes, visibles, están prácticamente finalizadas: la ampliación de la zona de estacionamiento de micros (más andenes) como las reformas hecha en la plazoleta ubicada en el predio. En los próximos días está previsto que continúen los trabajos en zona de baños.
No hay vendedores de sándwiches de milanesas, gaseosas, golosinas ni diarios. No se ven viajeros, bolso en mano, haciendo tiempo hasta la hora de salida. No están los padres que esperan la visita del hijo que estudia afuera, ni de aquel otro que emprende viaje rumbo al nuevo destino como estudiante. Unos pocos cruzan por ahí, usándola de atajo entre el este y el oeste. Sin ómnibus, es sólo terminal.
