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Un hombre representado a Cot lava los pies a Toler
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Un penetrante y creativo llamado al servicio y a fortalecer la red de instituciones de la sociedad colonense desde "la intimidad con Jesús" fue el corazón de la prédica del Presbítero Néstor Toler, al conmemorar este jueves la Última Cena y el lavado de los pies, ante un templo desbordado en su capacidad.

Fiel a su estilo, el sacerdote no sólo apeló a las palabras para transmitir su mensaje sino a símbolos, ya desde el comienzo mismo de la ceremonia, cuando se vio entrar a una mujer caracterizada como la Virgen María y a un hombre representando al Padre Lorenzo Cot -el cura asesinado 150 años atrás- arrastrando una inmensa red, a la que estaban prendidos letreros con los nombres de las instituciones de la ciudad de Colón.

La red, de varios metros de largo, era trasladada con la ayuda de varias personas que integran instituciones de servicio. Por ejemplo, eran visibles uniformes Scout y de Bomberos Voluntarios.

A manera de introducción, una mujer leyó un pasaje del viejo Testamento, donde los hombres de la ciudad de Jericó dijeron a Eliseo: "He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi Señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva y poned en ella sal. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo”.

Enseguida relacionó el texto con Colón y llamó una y otra vez a sanar las relaciones, a fortalecer la red de la comunidad mediante el servicio, a superar la peor contaminación -que no es la ambiental sino la de los corazones-, todo ello desde "la intimidad con Jesús", manantial de vida. Para reforzar este concepto, ubicó en el centro del templo un "aljibe".

"Quien no vive para servir, no sirve para vivir, no sabe qué es la vida. Es una cuestión fundamental ayudar a los niñitos a contagiarles la vocación de servicio, el servicio gratuito. Jesús llega a decir que no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. La vida que se entrega es la vida que más crece, que da frutos", insistió Néstor Toler, durante su homilía.

El sacerdote consideró que "la autopreservación, que está en el consumismo, es el error más grande, porque nos hace la vida cada vez más hueca. Más querés y más querés, pero el secreto no va por ahí". En cambio, agregó, "cuando haces una obra buena, te sentís más pleno".

"Jesús enseñó cómo es el amor extremo. ¿Cómo lo hizo? Sirviendo. Se puso a lavarles los pies a los discípulos", remarcó Toler, minutos antes de dejarse lavar los pies por el hombre que representaba a Lorenzo Cot, en un gesto que buscó unir toda la historia de Colón, desde aquellos primeros años cuando el primer sacerdote fuera asesinado hasta el presente.

Toler enfatizó que "el servicio sin Pascua corre peligro". "¿Cuál sería el peligro de un servidor que no tenga oración, que no tenga Eucaristía, que no viva desde la fe? ¿Cuál es el riesgo?", se preguntó: "¿Que se canse?, ¿que se enoje?, ¿que quiera figurar? Cuando más te unas a la Pascua, en la institución en que estés, aunque te pasen mil cosas, vas a tener una fuerza transformadora, no se te va a secar el manantial, porque brota de adentro. ¿Se acuerdan que a la Samaritana le dijo 'de tu interior va a brotar manantial hasta la eternidad'? Pero tienes que estar conectado a la Pascua. Si uno no va a Misa, no es fácil tener un compromiso serio, gratuito, de donación, ni en el matrimonio", agregó.

Citando al Papa Francisco, remarcó que "el amor es la medida de la fe". "En la forma en que amo a la comunidad, se nota lo que creo. Pero dice el Papa, la fe es el alma del amor. Un amor que no tiene fe corre un peligro enorme", advirtió.

Puso como ejemplo a la Madre Teresa de Calcuta, para quien el secreto del crecimiento de su comunidad religiosa fue haber comenzado con una "hora santa" diaria. "Miren dónde está el secreto", insistió Toler.

"Este es el secreto de un alma enamorada: visitar a Jesús, tener esa hora adoración, en la dulce presencia del amado. ¿Por qué fracasan nuestras instituciones? Porque hay pocos corazones que vivan la intimidad con Jesús. ¿Por qué hay tantas divisiones en Colón? ¿Por qué nos cuesta tanto amarnos los unos a los otros? Porque falta oración. ¿Por qué caemos en la chatura, hablando al cohete de todo? Porque no tenemos profundidad espiritual. Cuanto más actividad tenés, más intimidad con Él. Porque las instituciones no están fáciles. Estamos todos corrompidos. La fecundidad viene por la intimidad con Él, como en el matrimonio", enfatizó.

"Hoy debemos preguntarnos, ¿desde dónde sirvo yo? Yo me di cuenta que yo servía desde Néstor. Me pasó en un retiro. Y Jesús me mostró que tenía como una piedra enorme en mi corazón. Jesús me dijo 'te estás volviendo arrogante'. Servís, pero te buscás, estás sirviendo desde vos y entonces estás construyendo simplemente una imagen, pero estás quedando hueco. Es muy sutil esto, es clave. No es simplemente venir a cargar las pilas y sigo mi vida. Cuanto más tengo intimidad con Dios, más soy un canal del amor, más soy un canal de esperanza, más llevo salud a mi casa".

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El Padre Néstor Toler una y otra vez insistió con el "secreto" para que el servicio y la vida misma no se ahuequen:

"Yo no puedo vivir a lo cristiano, amar a lo cristiano, si no tengo intimidad con Él. Sería como si acá la red se desconectara de Jesús. Puede ser una red perfecta, una organización genial, todas las instituciones re organizadas, pero fracasan. ¿Por qué? Porque les falta la vida, falta espiritualidad, falta profundidad. ¿Y eso, dónde se encuentra? En la intimidad, venite al Santísimo, empiecen a rezar, y si no, vamos a seguir fracasando, vamos a seguir contaminando esta ciudad que tanto amamos. No la contaminación ambiental. La primera contaminación es la del corazón".

"Necesitamos hoy más que nunca recuperar las vocaciones, la vocación de servicio. Pero, ¿desde dónde? La misma vocación de cura puede ser un fracaso, puedo ser un amargado. Lo que te renueva permanentemente y te vuelve un manantial es la intimidad con Él".

"Vamos a pedirle por las instituciones de Colón, que vuelva otra vez a brotar esa intimidad con Jesús para que todos seamos un manantial, vamos a pedírselo a Madre Teresa, que ella nos ayude a buscar más a Jesús".
Fuente: El Entre Ríos

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