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El Bora secuestrado (Crédito El Sol)
El Bora secuestrado (Crédito El Sol)
El Bora secuestrado (Crédito El Sol)
“Es la zona más caliente de Concordia, el Fátima y el entorno. Ahí la mayoría vende drogas y todo indica que el crimen fue por algo relacionado a las drogas”. Así describió el barrio donde ejecutaron a Daniel Pérez uno de los funcionarios que participa de la investigación.

La policía procuró recabar datos en el vecindario. Aunque nadie dice haber visto exactamente qué pasó, coinciden en vincular la ejecución de Daniel Pérez a “un problema de drogas”.

Los investigadores consideran altamente probable que los autores del hecho sean los tres que han sido identificados. Sólo que entre ellos buscan sacarse las culpas de encima: “que yo presté el auto”, “que yo estaba, pero el otro lo mató”.

La investigación también permitió determinar el lugar exacto donde fue ejecutado Pérez. “Pintaron las paredes, pero igual se consiguió levantar manchas de sangre. Después, lo envolvieron con una frazada que sacaron de una de las habitaciones de los chicos y lo llevaron en el Bora, no en el Gol”, aclararon a El Entre Ríos.

Al automóvil usado para trasladar el cuerpo fue lavado con vapor, pero la policía, apelando al Luminol, un reactivo especial, habría logrado detectar la presencia de manchas de sangre, que servirán para las pruebas de ADN.

Los tres señalados como presuntos autores son Gustavo Gabriel Godoy, de 22 años; Francisco Maximiliano Gómez, de 26; y Alejandro Abel Verón, de 33 años. Ninguno de ellos tendría antecedentes penales.

El papá de la víctima, partido por el dolor, asegura que su hijo no tenía vínculo alguno con los estupefacientes. “Él vivía en mi terreno, en calle Odiard. Si hubiese sido, como están hablando, por tema de drogas, hubieran allanado mi casa y la suya, que está pegada. Nadie fue a ver nada, tenemos las puertas abiertas para que vayan a hacer lo que quieran, revisen. Tenemos la conciencia limpia y sabemos quién era nuestro hijo. Estuvo 8 años en el regimiento, era un pibe sano y deportista, practicaba karate. No tenía maldad con nadie", se los escuchó decir.

Pero la madre fue más cauta: "Era un pibe muy cerrado y hay cosas de las cuales nosotros no estamos enterados de nada".

La autopsia permitió determinar que la bala ingresó a su cuerpo “de arriba hacia abajo”, lo que lleva a suponer que habría sido ejecutado de rodillas. Este dato, sumado a que luego lo prendieron fuego, habla a las claras de un crimen aberrante al extremo.
Fuente: El Entre Ríos

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