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Figuran unos días libres en la agenda y no hay mejor plan que organizar una escapada a Colón, para estrecharse en un abrazo con la familia después de un largo tiempo y entre tanto desafío deportivo. Sabe bien que dará un salto importante en su carrera y para eso se instalará en el viejo continente, lejos de sus afectos y ya no “a la vuelta de la esquina” como en La Boca.

Su estadía en la ciudad, colorida como siempre ante la llegada de un fin de semana largo, no pasa desapercibida y enseguida surgen los primeros compromisos. Temprano hay una visita a la Intendencia, donde recibirá un reconocimiento por su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio. Más tarde una vuelta por las calles céntricas arriba de una autobomba. Y para cerrar el viernes el impostergable paso por Club La Armonía, lugar donde se formó como jugadora.

Inmersa en esa vorágine, pero con la calma que le permite pensar y distribuir tan bien el juego dentro de una cancha de vóley, Sabrina Germanier se hizo un tiempo para brindarle una entrevista a Radio 12 de El Entre Ríos.

“Llegué ayer a la tarde (por el jueves) luego de cumplir el aislamiento en Buenos Aires y dar negativo el hisopado posterior. Temprano me hicieron un reconocimiento en la Municipalidad y después una caravana los bomberos. Estoy aprovechando el tiempo con la familia y allegados, porque el lunes tengo que viajar”, describió en el comienzo de la charla, que rápidamente la llevó a su estadía por Tokio.

En el plano estrictamente deportivo, donde Argentina quedó eliminada en primera ronda al perder sus cinco partidos, argumentó: “Tuvimos la desventaja que llegamos a los Juegos con un año y medio sin competir. Más allá de algunos amistosos en la gira previa por Croacia, el primer partido oficial fue en un Juego Olímpico. Nos faltó ese roce internacional que sólo te lo dan los partidos oficiales. Nuestros rivales venían de jugar la VNL durante 40 días”. Y resaltó: “Si bien no ganamos, con algunas potencias hicimos buenos partidos. Creo que en general, si llegábamos con mayor competencia hubiera sido diferente”.

Pero más allá de la experiencia dentro de la cancha, Sabrina y gran parte del seleccionado conducido por Marcelo Méndez jugó sus primeras olimpiadas, el sueño de todos los deportistas. A la hora de describir la vida dentro de la Villa Olímpica durante las semanas que permanecieron allí, la oriunda de Colón destacó: “Era un lujo, todo organizado. El comedor enorme, jamás te podías quedar sin lugar más allá que había 12 mil atletas. Se cumplieron todos los protocolos, nos hisopaban todos los días. Compartíamos mesas, pero con distanciamiento. Los colaboradores todo el tiempo te mencionaban que tengas el barbijo cubriendo la nariz”.

Lamentablemente por el contexto sanitario no fue posible salir de la Villa Olímpica y conocer parte de la inmensidad de Tokio. No obstante, eso no privó a Sabrina y el resto de los deportistas de nuestro país de disfrutar la estadía: “Por protocolo no podíamos salir de la Villa Olímpica a excepción de ir a entrenar o jugar. Nos cruzamos con muchos deportistas, fue algo único. Me saqué foto con Luis Scola. Nos cruzamos con Paretto, Schwarzmann, Podoroska, las equipos de hockey y de básquet. Nosotras estábamos divididas en dos departamentos y pienso que sirvió para hacerse fuerte como grupo”. Y agregó: “Tokio es una ciudad muy tecnológica. En los partidos había cámaras por todos lados, incluso en el fleje de la red. Robots como hinchas en las canchas y en la Villa había vehículos autónomos que nos llevaban donde le pedíamos”.

Desde lo deportivo, la temprana eliminación de “Las Panteras” no opacó la histórica actuación del Seleccionado Masculino, que obtuvo la medalla de bronce tras ganarle en tie brak a Brasil en el duelo por el tercer puesto. “Los chicos nos dieron una felicidad enorme. Los fuimos a alentar con Italia en cuartos de final, antes de volvernos. Están haciendo un gran camino hace varios años. Les tocó una zona muy difícil y estuvieron muy cerca de quedar afuera, pero se recuperaron justo”.

“El tiempo pasa distinto” dice uno de los slogan de una ciudad de Colón que desde Atenas 2004 no para de tener representación olímpica, con Rodrigo López –viaja por su quina intervención en los Paralímpicos-, Paolo Quinteros, Catriel Soto y en esta oportunidad con Sabrina Germanier, que surgió de La Armonía, debutó en la Liga Argentina para Social y Deportivo San José y se mudó a Boca Juniors, club del cual es fanática, donde fue multicampeona de Liga Argentina y Liga Metropolitana.

Sin embargo su ciclo en el “Xeneize” se cerró y muy pronto dará el salto al vóley europeo. Pero antes tiene un objetivo concreto que resalta el sentido de pertenencia con la “Albiceleste”: “En septiembre hay un Sudamericano clasificatorio al Mundial y la Selección es una prioridad para todas nosotras. Cuando termine viajo a Francia a incorporarme al Saint Dié de la A2, equipo que viene de perder el ascenso y me parece un buen desafío para iniciar mi carrera en el exterior”.
Fuente: El Entre Ríos - Radio 12

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